🍃5 razones para NO hacerse una newsletter diaria
Este es el correo número 308 desde que se lanzó Miradero hace diez meses. «Se lanzó», dice. En impersonal, como si fuera un evento cósmico o algo (5 mins)
Si haces la cuenta, eso significa que he mandado un correo diario durante todo ese tiempo; llueva, nieve o truene. Y a tronado unas cuantas veces en estos diez meses.
Pero nunca he escrito un correo del tipo «5 cosas que NUNCA…», «10 maneras INCREÍBLES para…».
Lo cual demuestra lo malo que soy en lo mío, porque, por algún motivo que ni tú ni yo entendemos, ese tipo de títulos son los que más atraen a nuestro cerebro de mono pajillero dopaminoso.
CEREBRO: Ay, mama ¿y cuál será la cinco? ¡CUÁL SERÁ!
Cuestión, que ya estás aquí, yo también, así que besémonos.
Si alguien te ha reenviado esto, tu alguien me quiere mucho. Quiéreme tú también suscribiéndote:
Las cosas buenas ya te las sabes, siempre que tengo oportunidad te las digo, yo o cualquier otro de la secta de lo diario.
Vamos a ver la roña entre las uñas y, obviamente, la ÚLTIMA es la que más me jode.
(más trucos para el cerebro de mono 🐒)
1. Responsabilidad con darle de comer
Esta es la más evidente.
Tener una newsletter diaria te crea la responsabilidad de seguir teniendo una newsletter diaria. Es como un perro, le tienes que dar de comer y sacarlo a pasear, si quieres seguir teniendo perro y una casa sin meados.
Hagas lo que hagas, siempre vas a tener un ojo puesto en que la newsletter tiene que salir al día siguiente.
Hay gente que se deja correos en stock, puedes hacer malabares y liberarte para esa cosa que te gustaría hacer tal día, pero llega un momento en el que te cansas o que no te merece la pena el esfuerzo y el:
—No puedo, tengo que escribir la newsletter.
Se hace más común.
⛈️☠️⛈️
No te hagas una newsletter diaria si:
No quieres tener un perro meón ultradependiente
2. Con el culo al aire
Exposición.
Da igual que tu newsletter vaya de juntas de tornillos que llegará un momento en el que termines hablando de ti.
Primero: porque la audiencia te lo va a pedir, y tiene sentido que así sea, porque, aparte de que somos unos chismosos podridos, es parte natural de la relación que se crea.
Segundo: mierdas de la marca personal.
Tercero: algún día te vas a despertar sin ideas.
Y terminas hablando de ti, porque es inevitable, porque cuando no sabes de qué escribir, te miras el ombligo; cuando estás jodido, el relleno se te sale solo por las costuras, y se da un exhibicionismo que no a todo el mundo le mola.
Si te horroriza eso, te supieron joder, porque encima los ejemplos que sacas de tu propia vida para ilustrar algo son siempre los mejores.
⛈️☠️⛈️
No te hagas una newsletter diaria si:
No estás dispuesto a enseñar cacho ←(fotopito, fototeta emocional)
3. Esto podría ser un correo
Tu mente se queda pensando en esa clave, procesa los acontecimientos por su viabilidad o no para ser un correo.
Presta atención cuando hables con un escritor de news diarias, da igual que sean titanes como Isra o Monge o tipos como yo, pero mínimo una vez va a decir «eso da para un correo» a algo que le cuentes o sobre algo que pase.
Y, si no lo dice, te devuelvo tu dinero.
A mí me da un poco igual, porque ya me he hecho a la idea de que la escritura va a filtrar siempre mi vida, pero hay newsletteros que no son escritores, o lo son y no quieren que la escritura esté en un primer plano absoluto de su realidad.
Si quieres ver lo terrorífico que puede ser eso, te dejo abajo el enlace a una reflexión sobre cómo la escritura puede empujar tus experiencias vitales a un segundo plano.
⛈️☠️⛈️
No te hagas una newsletter diaria si:
No quieres tener un proceso abierto constante, trabajando en el segundo plano de tu cerebro, para poder seguir sacando correos diarios
4. Adicto al calambrazo de continuar
Hay algo adictivo en no saber de qué vas a escribir cada día, a ese que cada mañana se resetee el mundo y tengas que producir algo nuevo.
Esto te puede molar, igual que mola drogarse, pero tiene consecuencias, por ejemplo: que sobrevivir a esa incertidumbre te consume energía. Por lo menos a mí me deja con una sensación de «weno, ya está», como de reposo después de haber corrido delante del león, que tarda un rato en quitárseme.
Pero lo jodido es que, cuando uno está adicto, continúa por mantener viva su adicción y pierde el motivo por el que está haciendo ese algo.
Empezaste una news diaria para vender más, conectar mejor con tu audiencia, compartir la VERDAD última del universo o lo que sea por lo que lo hiciste, pero llega un momento en el que sigues escribiendo porque tienes que hacerlo, porque pasa a ser parte de tu identidad, porque no hacerlo crearía un vacío extraño en lo que se ha convertido tu vida.
Seguir escribiendo se convierte en un pelear contra el vacío, no en un perseguir tu objetivo inicial.
⛈️☠️⛈️
No te hagas una newsletter diaria si:
Tienes problemas con tu identidad y te vas a enredar fácil en la maraña
5. Escribir más que nunca, pero menos que antes
Esto ya lo he dicho alguna vez.
Antes de empezar Miradero dedicaba cuatro horas al día, ininterrumpidas, de un tirón, a escribir el proyecto literario que tuviera entre manos.
Ahora dedico 🥁🥁🥁🥁🥁🥁🥁🥁🥁🥁
Una ✨
El resto del tiempo va a Miradero.
Hay gente que tarda 20 minutos en escribir su correo diario, yo no. Soy un impostor, mátame.
El tiempo que me bloqueo al día para escribir Miradero son dos horas, algún día puedo tardar menos, pero ese es el tiempo que me ocupa como norma en el calendario.
Después de tener la idea y escribirla, viene editar, responder comentarios y leer lo que está haciendo la gente. Y no me entiendas mal, es muuuy deseable que la gente te escriba y socializar con otros escritores, de verdad, mucho, pero eso no quita que ocupe tiempo que tengas que recortar de otro lado.
Si le sumas mantenimiento, paratextos, tentativas de captación, innovar cositas… Los granos de arena siguen corriendo.
El tema es que, al final del día, te deja con una sensación de haberle hecho check al acto de escritura y que, como escritor, te puedes ir tranquilo a dormir, pero la verdad es que has escrito dos horas, en vez de cuatro, y de un género que no (necesariamente) es el que tú trabajas en tu literatura.
Algo que, además, puede (y va a) modificar tu estilo literario.
En vez de estar experimentando con cosas que puedan hacer tu escritura y tus historias más interesantes, estás haciendo marketing.
Y punto.
⛈️☠️⛈️
No te hagas una newsletter diaria si:
Estás en el momento de avanzar con proyectos y desarrollarte literariamente de un modo más intensivo, no de ganar audiencia
¡Sí, pero…!
Todos los puntos anteriores tienen un «sí, pero», si se los quieres encontrar.
Y si mientras leías has estado respondiendo interiormente a esos «sí, pero»: enhorabuena, eres un sectario como yo.
Salud y suerte, espero que hayas sobrevivido también a tu león de hoy.
Te deseo que lo hagas mañana.
¡Besitos volados!
Te dejo aquí el enlace al texto que cité arriba:
⮤ «Si quieres ver lo terrorífico que puede ser eso, te dejo abajo el enlace a una reflexión sobre cómo la escritura puede empujar tus experiencias vitales a un segundo plano»
Totalmente de acuerdo con todos los puntos. Añadiría que no te abras una newsletter diaria si no estás dispuesto a sacrificar cada día a ella. Que lo de planificar los correos es una paliza (yo lo hago por cuestiones de turnos de trabajo) pero agota mucho pensar temas por adelantado y tenerlo todo bien atado.
Feliz inicio de semana 😊
Es duro, si ...