🍂Cuando crezcan violetas en la gorra de los soldados
Buenas noticias, lector de no frikición. Debería tocar un capítulo de «Antes de rendir el alma», pero quiero pensar en las consecuencias de la última encuesta, y no ser muy cruel con el personaje 🐵
Si alguien te ha reenviado esto, tu alguien me quiere mucho. Quiéreme tú también suscribiéndote:
Me levanto del escritorio.
Hay algunas cosas cambiando por aquí. No demasiado. O al menos no con los aspavientos dramáticos del adolescente al que se le prende fuego el mundo en las manos. Pero hay; más sutil y meditado, o medido: la académica tasación del sentimiento, las gafas de doble aumento sobre la procesionaria del sentir.
No lo sé.
Sin pretenderlo, me detengo ante la ventana y, sin pensar ser visto, un niño, con las manos bien profundas en los bolsillos, le da una patada a un zapato abandonado. Vuela, cargado del queroseno de la rabia infantil, brilla la piel y se apaga la suela en los giros violentos bajo el sol. Mira hacia atrás, sobre el hombro, cejijunto, pero no hacia arriba, y sigo sus pasos graves como un Lincoln en el palco o un Nerón en el Coliseo.
Se me ha anegado el corazón de tanta paciencia, quizás. Se me ha convertido la selva en jardín, el café en suero, las campanadas en cascabeles para gatos. O algo así.
Pero la respuesta está en la literatura, o no está. Abro a los poetas muertos, palestinos, y me encuentro de frente con la palabra prohibida, que suena como abrazo, y alma, y más cosas que no me acuerdo, porque ha pasado mucho y, aunque sepa que yo fui, tanto tiempo es siempre demasiado.
Así que leo, para que exista, y suena como así, pero algo diferente todavía:
El jardín dormido
Cuando el sueño la abrazó, yo robé mi mano, cubrí sus sueños, vi la miel ocultarse tras sus párpados, recé por dos piernas milagrosas, me incliné sobre los latidos de su corazón, vi trigo sobre mármol y sueño. Una gota de mi sangre lloró, temblé… El jardín duerme en mi lecho. Fui hacia la puerta sin volverme hacia mi alma dormida, oí el tintineo antiguo de sus pasos y las campanas de mi corazón. Fui hacia la puerta —la llave está en su bolso y ella duerme como un ángel después del amor—. Noche sobre lluvia en la calle y ningún ruido salvo los latidos de su corazón y la lluvia. Fui hacia la puerta. Se abre, salgo. Se cierra, mi sombra se desliza tras de mí. ¿Por qué digo adiós? Desde ahora soy extraño a los recuerdos y a mi casa. Bajé las escaleras. Ni un ruido, salvo los latidos de su corazón, la lluvia y mis pasos sobre la escalera que desciende desde sus manos al deseo de viajar. Llegué al árbol. Allí, ella me abrazó, allí me golpearon los rayos de plata y clavel, allí comenzaba su universo, allí se terminaba. Me detuve unos instantes hechos de azucenas y de invierno, me marché, dudé, luego me marché. Recogí mis pasos y mi recuerdo salado y me marché en mi compañía. Ni despedida ni árbol. Los deseos se han dormido tras las ventanas, todas las historias de amor y todas las traiciones se han dormido tras las ventanas, y la policía secreta también… Rita duerme… duerme y despierta sus sueños. Por la mañana recogerá su beso y sus días, luego preparará mi café árabe y su café con leche. Me preguntará, por milésima vez, por nuestro amor y responderé: Soy el mártir de las manos que, cada mañana, me preparan el café. Rita duerme… duerme y despierta sus sueños. —¿Nos casaremos? —Sí. —¿Cuándo? —Cuando crezcan violetas en las gorras de los soldados. He recorrido las calles, el edificio de correos, los cafés de las aceras, los clubes nocturnos y las ventanillas de venta de billetes. Te amo, Rita. Te amo. Duerme, yo parto sin motivo, como los pájaros violentos, yo parto sin motivo, como los vientos débiles, yo parto. Te amo, Rita. Te amo. Duerme. Dentro de trece inviernos preguntaré: ¿Todavía duermes o te has despertado? ¡Rita! Te amo, Rita, te amo…
Mahmud Darwish
Traducción de María Luisa Prieto
Si quieres leer más de mis batallitas por Palestina están todas aquí
🌈👆 Escucha, escucha👆🪅
Patidifusa, emocionada, pelos de punta, sin palabras, tremendo, impresionante, precioso, triste, sutil, sencillo, bonito... Y más podría decir... Pero me guardo la sensación al terminar de leer el poema. Merci!❤️
Jo, qué bonito...
Te dejo esta canción... (no sé, no tiene nada que ver, pero me ha venido a la cabeza mientras leía el poema... Bueno, es una canción de amor... Ay, cuántas explicaciones, ja...)
Espero que te guste...
¡Que tengas una buena semana, Samuel!
https://youtu.be/OcPg6TRRouw?feature=shared