🍃¿Cuándo es el mejor momento para empezar una newsletter?
Exacto, el mejor momento es ahora. Bueno, pues hasta mañana, ¡besitos volados! (5 mins)
Vaya título feo de indexar keywords en Google que me ha quedado, joder.
Para compensar, vamos a penalizarnos un poco en el algoritmo.
Tetas, pitos, el del bigote cuadrado, droguita gratis, bebés fumando cigarrillos para dormir mejor, anciana descubre un portal intergaláctico y esclaviza a una especie superinteligente de gatitos hasta el colapso planetario.
Bien, ya estamos listos para continuar.
Si alguien te ha reenviado esto, tu alguien me quiere mucho. Quiéreme tú también suscribiéndote:
Empecé Miradero el 1 de julio de 2024. Julio, cuando mitad de la gente está de vacaciones y la otra pensando en irse de vacaciones, pero ninguna pendiente de leer la newsletter recién estrenada de un mamarracho.
Y... mírame ahora...!
(Silencio. Una tos, lejana, entre el público. Samu, con la sonrisa mellada, disimula torpemente los rotos y remiendos de su ropa de mendigo.)
Wenu, vale...
Lo que he venido a hacer hoy es, básicamente, citar a la mayor autoridad literaria que existe en este mundo.
El refranero popular español
Parece coña, pero, teniendo en cuenta que la mejor literatura universal es la hispanohablante (cállese y vuelva a sentarse, Shakespeare de las pelotas), sólo hay que ojear el refranero, y ni hablemos de los romances populares, para ver que la cultura hispana ha estado, siempre, atemporalmente, atravesada por una necesidad literaria.
Fueran lavanderas, soldados o aristócratas.
Y no deberíamos dejar que eso se nos caduque en las venas
Pero me voy por las ramas, el refrán:
El agricultor que espera el clima perfecto nunca siembra.
Vale, me has pillado, realmente eso es de la Biblia, pero en el refranero tenemos: «Quien mucho mira, poco avanza», que también está bastante apañao.
El mejor momento para empezar una newsletter es ahora.
Si tú estás leyendo esto y yo escribiéndolo es sólo gracias (o por culpa de) una sola persona, con nombre y apellidos:
.Mi hermano lleva teniendo una newsletter diaria más de tres años y, cada vez que le decía:
—Tío, qué guapo el correo de hoy, se sale tu newsletter.
—Gracias —Sonrisa—, pero el que tiene que estar escribiendo una newsletter eres tú porque… —procede a enumerar TODOS los motivos por los que lanzarla cuanto antes era lo mejor que podía hacer.
Así durante dos años.
Hasta que, después de una de esas conversaciones, por la noche, ya en la cama, no podía dormir pensando en ello y escribí, en una nota del móvil, con los ojos como pipas, la que terminaría siendo mi About Us (todavía se puede leer en la página) y el correo de bienvenida que usé durante los cinco primeros meses de Miradero (este ya no ta).
Uno debería escucharse a sí mismo.
Si te pegas hasta las siete de la mañana escribiendo estos paratextos de tu newsletter, es que algo hay. Pero todavía tardé meses hasta darle el mosquetón al jefe de salto y lanzarme del avión de los cagones.
Verás,
Cuando tenía once o doce años, en segundo de la ESO, cambié de colegio.
No conocía a nadie y, por casualidad, me tocó sentarme delante del heavy de clase. Yo tenía una agenda a la que le había quitado la portada y puesto la foto de un grupo de metal y, cuando la vio, me dijo:
—¿Te gusta Slipknot?
Y se convirtió en el primer amigo de verdad que he tenido en la vida.
Veinte años después, es una de las personas que más quiero en el mundo y, como lo quiero, le dije exactamente lo mismo que me dijo mi hermano.
Hace dos días saltó del avión de los cagones.
Y aquí te puede suscribir, que mañana manda su tercer correo:
Pero me he dado cuenta de algo, de que, quizá, tú, no tienes a nadie que te agarre del brazo, te zarandee y te diga:
—¡Lanza la puta newsletter, cagón de los cojones!
A mí me hace muy feliz escribir esto y, a ti, tú que estás entre el público, que sabes que te estoy señalando precisamente a ti, en el fondo no puedes negar que también te haría feliz.
Si te atrevieras.
Pero atreverte... ¿a qué? Papafrita.
Hay una especie de salir del armario entre los escritores.
Reconocer públicamente que, sí, escribes y que, sí, pretendes seguir escribiendo. Pero se suma un factor extra a eso que es la pregunta de si serás lo suficientemente bueno como para merecerte considerarte escritor.
Es como si una persona gay, aparte de declararse gay, tuviera que preocuparse en ser un buen gay o lo suficientemente gay para ser aceptado como gay de pleno derecho por la comunidad gay.
En cualquier caso,
Tendrás un momento o un período de reactualizar tu fantasía personal de cómo crees que te percibe la gente, y a funcionar. Porque la gente está demasiado ocupada con sus cosas como para que le importe demasiado lo que hagas o dejes de hacer.
Además, lo peor que te puede pasar, el peor escenario, es que descubras que no eres un buen escritor. Eso te crea dos caminos: dejar de escribir o mejorar, pero al menos ya sabrás dónde estas, te dará un punto de partida.
Si decides dejar de escribir, pues zanjado, un tema menos en la cabeza y tienes tiempo y libertad para dedicar tu esfuerzo a otras cosas.
Si decides mejorar, pues pa’lante. Porque todos somos un proceso, tú todavía no eres tu versión definitiva; si no eres tan bueno como te gustaría, sólo tienes que entrenar más, y ya. Serás definitivo cuando mueras, mientras tanto, todos somos un punto en movimiento.
Pero ahora mismo estás en un limbo estúpido sin referencias que sólo puede desorientarte y hacerte sufrir.
Crea.
No dejes que la IA lo haga por ti. Si no es escribir, graba esa canción, abre ese podcast, ese canal de YouTube, de Twitch o de uñas de porcelana en Instagram.
Lanza tu newsletter, sé feliz, vete de la mano por la calle con tu teclado si es lo que quieres, date besitos en público, cásate con él, da igual que no te deje la Iglesia, yo te caso en el Miradero.
Amén, Jesús.
Cuando estaba en el ejército aprendí muchas cosas, la mayoría no sirve para nada cuando eres civil, pero otras me han hecho la vida mucho más fácil, una de ellas es:
Da igual que te equivoques, lo importante es que te equivoques con actitud, sin titubear.
Que cuando te vean, digan:
—Chos, la cagó, pero qué arte para cagarla, el hijo de puta.
Así que cágala, y después pégate bien alto un: ¡Olé!
Y a mamarla.
Lanza esa idea que tienes y, si ya tienes una newsletter, empieza a escribirla a diario.
LECTOR: ¡KÉ!
Vale, vale.
Dejamos eso para otro día, no te agobies.
Pero lanza esa idea que tienes.
¡Besitos volados!
P.D.: Lanza la newsletter, es el momento.
Ahora es el momento. Aplicable a todo en esta vida. Me quedo con la frase "serás definitivo cuando mueras, mientras tantos, todos somos un punto en movimiento".
Gracias de verdad por tus reflexiones diarias. Tomar mi café matutino leyéndote... Hace que llegue tarde a todas partes, Pero, ¿Sabes qué? Vale la pena! Buen día!
Sin ti no existiría La esquina del Pilar. Solo te puedo decir: 14102 gracias, por tirarme a este mundo de los diarios de bitácora virtuales y, por supuesto, por El Miradero.