🍃Envío contrarrembolso al coño de su madre

Te voy a contar en ocho minutitos una historia divertida que me pasó hace años con la comunicación de una empresa, relacionado con esto de hacer envíos al culo del mundo.

Aunque lo he dicho varias veces, puede haber gente que no sepa todavía de dónde soy.

Que noten alguna palabra rara en mis correos (baifillo, guagua, tolete…), pero no terminen de ponerme patria chica. Pues…

Yo… Soy canario (esto se lee con voz de José Vélez)
y este es un chiste muy malo sólo para suscriptores canarios, de nada

Y, como cuando más estás rondando por ahí, más se te afloja el ego regionalista y entiendes que la gente no tiene obligación de saber ubicar tu terruño en un mapa: Canarias es un archipiélago español al ladito de Marruecos.

Así que lo que te vengo a contar hoy es uno de los grandes porculos de vivir en el mejor sitio del mundo.

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Este producto no puede enviarse a la dirección de envío que has indicado. Elige otra dirección de envío.

Por un tema fiscal, política de importaciones, aduaneras o lo que sea que no nos interesa ahora, muchas empresas no hacen envíos a Canarias.

Y cuando te digo muchas empresas eso va desde Amazon (para bastantes productos) hasta la librería Menganito de tu barrio peninsular.

La cuestión es que hace unos meses vine destruido del gimnasio, con los cascos inalámbricos en el bolsillo, puse todo en la ropa sucia y, como sudo como un demente, se mojaron y se jodieron.

Spoiler: sigo sin casos.

Primero los pedí a una empresa europea y, por esas cosas de la vida, los mantuvo Aduana parados semanas hasta que los devolvieron al otro lado de los Pirineos.

Así que dije: bueno, vamos a comprar a una tienda nacional. Malo será que…

Sigo sin cascos.

Que sólo hacían envíos a Canarias por BARCO (como si les hubiera pedido un tractor a los hdp) los jueves de cada semana, que claro, ya para la próxima; y, a la próxima, que el proveedor bla, que tendrá que salir la siguiente semana…

Bueno, se supone que me llegan el lunes.

La verdad es que normalmente no suele ser taaaanto drama pedir algo, pero hay veces que parece que vives en una tribu amazónica sin contacto con el mundo exterior desde 1527, cuando naufragó por allí Alvar Núñez Cabeza de Vaca.

¡ENTONCES! (se viene el nudo de la historia)

Me acordé de algo que me pasó hace tiempo, en 2018.

Por esa época, ya hacía cuatro años que me había mandado a mudar a Madrid, pero esto me pilló de vacaciones en Canarias.

La cuestión es que por aquella fecha solía leer bastante El Mundo Today y publicaron Historia, el libro, con cosas como:

Año 412: La aparición de un dragón en lo alto de una colina exigiendo princesas vírgenes para devorarlas marca el inicio de la Edad Media.

Año 1867: Muere el último hombre al que le gustan las mujeres obesas y de caderas anchas dando paso a un nuevo canon de belleza.

Lo compré principalmente porque me gustaba su filosofía de empresa y lo que hacían, así que quise darles dinero como forma de decirles que siguieran haciéndolo.

Además, aparte de esa fumada de cronología que cruza todo el libro, tiene ilustraciones muy guays (que no te puedo poner, porque en esta newsletter no se ponen imágenes).

Pero si puedo enseñarte otra cosa que está en un vacío legal miraderí

Porque a lo que viene todo esto es que, para comprarlo (un veinticuatro de julio de 2018, desde la cuenta de Hotmail que me hice cuando iba a Primaria, literalmente), tenía que pedirlo a la península, concretamente a la librería La Llama de Barcelona.

Y, por estar gracioso aquella mañana o por el influjo de mi cuenta de Hotmail, en el apartado «Comentarios al envío» puse algo así como:

Me gustaría que la persona encargada de preparar el envío me mandara una carta autografiada.

Pues nada.

Plataforma de pago, sí, enviamos a Canarias, gracias por su compra, su pedido #1776 le llegará tal día y, hasta ese tal día, pues ya me puse con otras cosas y me olvidé del libro hasta que me viene a la puerta, lo abro y veo esto:

Imagínate la pieeeeedra que tiene esta gente en la cabeza

Evidentemente, me encantó.

Les escribí un correo al momento dándoles las gracias y con algún chistecito al respecto, y me respondieron con otra piedra gorda con la que me volví a reír.

Total, que siempre me ha gustado que una empresa, que paga alquiler de local a pie de calle, que apoquina nóminas, trimestrales y todas estas cosas, se permita tener la imagen de empresa que les de la gana: divertida, natural y que, si le apetece hablarte de la polla de Pancho Céspedes, te lo suelta y te lo firma debajo.

Y la verdad es que siempre me quedé con ganas de hacer algo más para demostrarles mi cariño y apoyo.

¡ENTONCES! (el desenlace inesperado)

Viajamos en el tiempo a hoy y veo que La Llama también tiene una newsletter:

No es diaria como esta, ni semanal, ni quincenal, ni siquiera mensual.

Publican cuando les apetece, pero, si me lees a mí, seguramente tengas el sentido del humor un poco trastornado, así que lo más probable es que te interese lo que les apetezca decir cuando tengan a bien decirlo.

Obviamente, La Llama no me ha pedido que hable de ellos (tienen 14.000 suscriptores y yo estoy peleando en la arena de los cien), sé que esto tiene una repercusión limitada, pero tú quizá hace cinco minutos no sabías quién putas eran, y ahora sabes que es gente guay y que se lo pasan bien trabajando.

Tacita a tacita…

En general pensamos que tenemos menos poder de cambiar las cosas del que de verdad tenemos. Imagínate que sigues una newsletter con un tío al otro lado que, no sabes muy bien cómo, todos los días del Señor te manda un correíto salao. Y tú piensas:

«Lo que hace este hombre sin cobrar un duro está guay. Molaría apoyarlo, o algo, pero no vende nada, así que qué voy a hacer yo, ya le lee bastante gente. Nada va a cambiar lo que yo haga».

Y eso es ¡FARSO!

Si yo puedo recomendar una newsletter ciento treinta y nueve veces más grande que yo, imagínate el derecho que tienes tú de compartir Miradero con un amigo.

¡Tracatá!

Cómo te la he metido al final para que me hagas promo, ¿eh?

Uno no se puede fiar de nadie ya.

Pero déjame, que estoy aprendiendo para cuando tenga que vender mi novela por ahí a editoriales, agentes y personas con traje caro, ya tú sabes.

Mientras tanto, comparte y ayúdame, cojones, que me voy a poner contento ❤️

¡Besitos volados!

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P. D.: Va, te lo pongo otra vez, que se te han pasado los otros dos, mira que eres despistado: