🍃Escribe algo horrible a propósito
KÉ! ¿¿Otro sábado sin «Afectados crónicos por la magia»?? Pues sí, pero tranquilo, que mañana sale. Lo que pasa es que... es que... ¡Compasión! (5 mins)
Me he pasado todo el viernes viajando: Birzeit > Ramallah > Jerusalén > Tel Aviv > Madrid > Las Palmas; de hecho, esto te lo escribo de madrugada sobre alguna ola sin numerar del océano.
Para tu información: sí me ha vuelto a tocar asiento del medio vacío, y sí, me sigue costando escribir fuera de mi caverna de soledad.
He escrito algo y mola, pero no lo disfruto igual, me sale como algo que tuviera que quitarme de encima. Como cuando te comes tu plato favorito con la nariz taponada, sin saborear la comida. No renta, así que para mañana.
¡PERO!
Este es un martirio diario, digo, una newsletter diaria y, para seguir siéndolo, tú tienes que poder leer algo cada día, son las leyes miranderas, y esa sí que no se puede saltar, no como la aquí no se ponen fotos.
Y cada dos por tres me la salto, como ahora:
Hay una escritora por Substack, aka comunidad endogámica de escritores babilónicos desde la que te mando correitos, que escribe novela romántica, se llama
y también hace imágenes cuquis como la de arriba.Pero ella no nos interesa demasiado ahora, porque hemos venido a hablar de ¡MÍ!
¿Entendido?
Así que no mires su newsletter y no te suscribas, porque seguro que no la vas a ver por Miradero próximamente.
Tú aquí, conmigo, pegaito.
La cosa es que hace unos días me dio una idea, sin querer, si no, no me la habría dado, no es tan buena gente como parece, y es que hizo una recopilación de técnicas para romper el bloqueo de escritor.
Ya se: a ti te da igual eso porque no escribes. O porque sí escribes, pero no sabes lo que es bloquearse, porque tú eres una máquina de apalabrar.
¡PERO!
Normalmente me duermo con esa clase de listas, porque son los mismos métodos una y otra vez (y nunca incluyen el mío, que en verdad no es mío, pero es infalible y poderosísimo, sólo para cerebros grandes 100% real no fake; que ya te lo he comentado por aquí en algún momento, por cierto), pero esta vez vi uno que no conocía:
Escribe algo horrible a propósito
(la casualidad que el correo de hoy se llama justo así ✨)
Siempre tendemos a intentar escribir mejor de lo que escribimos en realidad, buscar una manera de evolucionar nuestra escritura y el rollo. Pero creo que, excepto cuando por decoro lingüístico hago hablar a un niño, nunca me he esforzado en escribir peor de lo que realmente escribo.
Así que, hoy, aprovechando que estoy en público y que igualmente no iba a disfrutar la sesión de escritura.
Escribamos,
Pero mal.
Te voy a narrar una versión de la primera escena del capítulo de mañana, que ya está escrita, pero en estilo Señor-llévame-pronto:
Susy está delante del escaparate y pinta en el escaparate con un pincel con pintura blanca una larguísima línea. Pero como está acostumbrada a dibujar letras en el escaparate y no trazos tan largos como el que está haciendo ahora, y necesita apoyarse con un bastoncito, el cual tiene una punta para apoyar su mano y una punta acolchada para poner en el escaparate mientras pinta. No obstante, cuando termina, se aparta para ver el trazo. Inmediatamente, empieza a rellenarlo con el mismo color blanco y le salpica una gota en la cara debajo del ojo, pero no se da cuenta porque está muy emocionada pintando.
Cuando rellena todo el círculo, moja el pincel en agua y lo agita fuerte antes de utilizar otra pintura de color negro. Hace un triángulo libremente en el centro y sonríe, luego seis líneas que salen de él. Pero el triangulo está invertido, porque es una nariz y las líneas son bigotes. Cambia otra vez de color y elige ahora el rosa para dibujar más arriba dos rectángulos rosas para las orejas.
Y sonríe contenta, pero hay algo que no le termina de gustar. Entonces, mientras sumerge otra vez con fuerza en agua el pincel antes de pintar, piensa una idea y elige ahora el color verde claro y hace dos líneas serpenteantes que cruza con dos líneas rectas. Y se queda contenta viendo el dibujo de un conejo contento, como riéndose, con el símbolo del dólar en los dos ojos. En el escaparate, debajo de “Daños y perjuicios mágicos” y encima de “Sin provisión de fondos”.
Si alguna vez has hecho un arte marcial o un deporte de contacto, sabes esa sensación de que al aprender, por ejemplo, a dar un puñetazo, revertir lo aprendido e intentar pegar sin técnica se hace muy raro, casi no te sale, es como si te forzaras a desaprender a caminar.
Pues he sentido exactamente lo mismo, como si la memoria muscular de la escritura me estuviera diciendo: pero ¿qué estás haciendooo?
Me ha gustado, no sé si esto conseguiría desbloquearme, pero al menos me serviría para subirme la moral cuando flaquee. Mañana podrás ver la escena original en el capítulo tres.
Y eso sería más o menos todo por hoy.
Lo que puedes hacer, que te ha sobrado tiempo. es ir leyéndote ese relato que estamos haciendo entre nueve escritores de Substack (esa comunidad endogámica de…), porque en algunos días escribiré mi parte de ese relato y HAS DE leerla, muy mucho importante.
¡Besitos volados!
Muy guay convertirme en un estandarte de la involución literaria. ¿Te parece bonito?
Solo te lo voy a perdonar porque mañana sale el nuevo capítulo de Afectados crónicos por la magia y estoy deseando leerlo, al capítulo, no a ti, que quede claro!
¡Me encantan esos collages de Vane!
Como todos los demás, ya quiero leer el próximo capítulo de Afectados crónicos 😬