🍃Escribo más de lo que debería

El correo de hoy es aburrido, no va de lo que parece que va y no hace falta que lo leas ✨ (por lo menos no es muy largo: 6 mins)

nov 03, 2024

Estaba en el despacho de una compañera, porque quería preguntarle algo sobre el campus virtual que utilizamos, y, resuelta la duda, entramos en esa especie de ceremonia de hablar de cosas para demostrarnos que somos humanos y no sólo compañeros de trabajo.

—¿Qué haces en tu tiempo libre? —dice.

—Escribo.

—Ah, escribes…

Mira su ordenador un momento, mueve un poquito el ratón y me vuelve a mirar:

—Yo hago senderismo. Todos los viernes.

Y me di cuenta de que no estábamos hablando de lo mismo.

Quizá la próxima vez debería decir que en mi tiempo libre doy clase de español, porque estoy bastante seguro de que, a la semana, paso escribiendo más horas que trabajando.

Sacrifico muchas cosas por escribir tanto, todas de mi vida personal. Supongo que está bien así, que es lo que me toca ahora.

Además, me da bastante igual el senderismo.

Lo malo es que desde hace semanas no puedo leer, no le guardo un momento en la semana; solía ser a las noches, lo que ahora llego para que me recojan con pala.

¡PERO!

Se me ha ocurrido una idea para arreglarlo: el único libro físico en español que tengo aquí (mentira, no es el único) es una antología poética de autores españoles del 27.

Voy a hojearlo y a abrirlo en una página al azar. Lo voy a leer (ahí está el arreglo) y te voy a decir por qué o por qué no me parece un buen poema (y ahí está lo de seguir escribiendo).

Va.

Otra vez, cayó en la segunda parte de un poema mayor.

Otra, este es larguísimo para ponerlo aquí.

Hay que joderse:

UNDERWOOD GIRLS

Quietas, dormidas están,
las treinta, redondas, blancas.
Entre todas
sostienen el mundo.
Míralas, aquí en su sueño,
como nubes,
redondas, blancas, y dentro
destinos de trueno y rayo,
destinos de lluvia lenta,
de nieve, de viento, signos.
Despiértalas,
con contactos saltarines
de dedos rápidos, leves,
como a músicas antiguas.
Ellas suenan otra música:
fantasías de metal
valses duros, al dictado.
Que se alcen desde siglos
todas iguales, distintas
como las olas del mar
y una gran alma secreta.
Que se crean que es la carta,
la fórmula, como siempre.
Tú alócate
bien los dedos, y las
raptas y las lanzas,
a las treinta, eternas ninfas
contra el gran mundo vacío,
blanco a blanco.
Por fin a la hazaña pura,
sin palabras, sin sentido,
ese, zeda, jota, i...

Digo hay que joderse porque, acuérdate, a un poema se entra por el título y quizá este es el mejor ejemplo de ello, porque hay que saber que una Underwood es una máquina de escribir para entender el poema.

Así que el azar y Pedro Salinas deciden devolvernos al monotema.

Ah, y la otra norma, aparte de la del título, es que un poema se lee mínimo dos veces.

Ya podemos seguir.

Salinas tiene un poema muy famoso que se llama La voz a ti debida con ese verso, que les encanta a las profes de lengua del instituto, de «¡Qué alegría más alta: / vivir en los pronombres!».

Así que vamos a ver qué personas del verbo hay por aquí (aparte del sujeto lírico, ese narrador, que no nos interesa en este poema): hay un ellas, las teclas; un tú, el escritor, y un ellos, que vamos a dejar para el final.

Hay una cosa en los poemas que se llaman isotopías, como campos semánticos, pero más amplios, es el vibe, para que nos entendamos (y los filólogos les cogimos el término a la Química porque somos unos acomplejados).

Por ejemplo, dormidas y sueño tienen una conexión semántica clara, incluso quietas,

¡SIN EMBARGO!

Nube, nieve o lluvia lenta no forman parte de aquel mismo campo semántico, pero colaboran en crear ese mismo vibe que se le quiere dar a las teclas de la máquina: algo pausado, perezoso, estático o más bien suspendido.

Lo que sí crean esas tres palabras es el campo de lo meteorológico y no es una casualidad, porque sirve de puente hacia la otra faceta que se le quiere dar a las teclas: lo tormentoso. Así, se enfrenta redondas y blancas contra trueno, rayo, viento.

Una apariencia de quietud que esconde la tormenta.

¿Por qué?

Porque ✨👁️ «sostienen el mundo» 👁️✨

Tiene sentido, al final, con un teclado inocente se pueden hacer estallar revoluciones, intelectuales o de las de pium, pium de verdad; esa es la «gran alma secreta» de las «eternas ninfas».

Ahí entra el tú al que apela el sujeto lírico con «despiértalas»; el escritor como alterador de la paz, enfrentados también en quietud/movimiento: «dedos rápidos», «saltarines», «leves».

El escritor, con sus cosquillas, le saca el alma secreta a las letras inertes.

Aunque…

¡GIRO DRAMÁTICO!

Porque hasta ahí es lo que todos sabemos del escritor haciendo cosas, bonitas o maomeno, con letras que sólo quieren ser letras. Sin embargo, al final le dice: «alócate», y viene la parte interesante, esos ellos que te comenté:

«Que se crean que es la carta, la fórmula, como siempre»

¿Acaaasooo el buenazo de Salinas nos está hablando de desautomatización del lenguaje? 👾👾

Te pongo un ejemplo malonguillo de desautomatización:

Me tienes hasta los tempranillos de Rioja.

Tú sabes que después de «me tienes hasta» viene cojones, huevos, coño…, sin embargo, aparece otra cosa que te hace tomar consciencia de que se ha roto algo. Hay como un desajuste en el lector que le hace prestar atención, esto se hace en la música también, pero yo no sé de eso.

Ahí está el porqué cuando alguien escribe «se sentía como pez fuera del agua», el lector bosteza, porque lo ha escuchado dos mil veces y lo tiene más que automatizado.

Pero parece que la «hazaña pura» (me gustó eso) a la que se refiere Salinas va más allá y es, muy de su tiempo, el sin sentido: «ese, zeda, jota, i...», darle la vuelta a la literatura porque sí, porque se puede.

Aunque diría que es una pose para la foto, Salinas no es que sea el autor más experimentativo del mundo.

Veredicto de Samu que nadie ha pedido: