đPor quĂ© se queman libros
Y por quĂ© quizĂĄ deberĂas ir prendiendo tu propia hoguera (3 mins)
Escribo correos muy largos.
A diario.
Y es muy fĂĄcil ser cansino asĂ.
La verdad es que no creo que sea un tĂo especialmente hablador, en persona me gusta mĂĄs escuchar cosas que contar cosas; supongo que porque paso mucho tiempo solo y ya me sĂ© todos mis cuentos, pero hay dos formatos en los que me voy al carajo con la extensiĂłn:
cuando mando un audio de wasap;
cuando escribo Miradero.
Probablemente tĂș tambiĂ©n lo piensas, pero no tienes tanta confianza para decĂrmelo como mi amigo Josito:
Esa newsletter a la que se refiere es la de
, por cierto, y mañana saca correo nuevo: te suscribes aquĂ.La cuestiĂłn es que tiene razĂłn, deberĂa entrenarme en hacer correos mĂĄs cortos. Al menos de vez en cuando đ”
AsĂ que hoy voy a (intentar) hablarte en dos minutos de algo que darĂa para correo de diez.
Si alguien te ha reenviado esto, tu alguien me quiere mucho. QuiĂ©reme tĂș tambiĂ©n suscribiĂ©ndote:
Por qué se queman libros
«DesconfĂo de aquellos que son lectores de Ășnico libro»
EscribiĂł una vez ây ya no puedo olvidarloâ el autor de la mejor saga de novelas histĂłricas de España. Que, si para ti es otro diferente al que tengo en mente, le atribuyes a Ă©l la cita y tampoco pasa nada.
Pensar que un Ășnico libro tiene la verdad absoluta es el camino mĂĄs rĂĄpido para convencerse de que el resto son dispensables; o sea, fanatismo religioso.
Si este libro ya tiene la verdad, el resto sĂłlo puede estorbar en su correcta transmisiĂłn, asĂ que lo quemo.
Pero no vengo a hablar de los frikis de Dios, que le prenden fuego a lo que no les baile el agua, sino de qué pasa en tu cerebro para que tenga sentido que le quieras prender fuego a cualquier libro.
Leer es una forma muy sofisticada de posesiĂłn
La literatura es un arte que requiere de toda tu atenciĂłn para funcionar.
Si te despistas, se para.
En Internet utilizamos la lectura selectiva: saltas de una parte del texto a otra para buscar la informaciĂłn que te interesa; en literatura necesitas hacer lectura profunda, lenta y concentrada en una Ășnica tarea: entender el texto en su conjunto.
Un texto, durante la lectura profunda, te posee, se adueña de todas tus capacidades cognitivas para forzarlas a procesar un mensaje.
Si lo piensas, leer puede ser una violaciĂłn muy agresiva: el mensaje te obliga a que lo descifres tan pronto lo percibes, toma el control de tu cerebro para utilizarlo para sĂ, se echa el foco de luz de tu mente sobre Ă©l y anula todo lo demĂĄs.
Quieras o no.
Y, aunque cortes el cable, aunque cierres el libro, esa idea queda rondando para siempre en tu memoria, aunque creas que la has olvidado o que la puedes olvidar, va a servir de contraste o, si es una idea reactiva, crearĂĄ nuevos lĂmites donde antes no existĂan.
ImagĂnate: antes todo era palabra de Dios, al estar en desacuerdo con una idea, marcas una frontera: hasta aquĂ es palabra de Dios, el resto no.
Y surge la pregunta: ¿quién pudo crear una palabra tan poderosa para competir en igualdad de fronteras con la palabra divina?
Esto vale tambiĂ©n para la ideologĂa que hayas divinizado.
Ese pueblo vasco, diminuto, en una esquina del cerebro, que resiste la conquista romana, es una idea que morirĂĄ contigo, porque leer es hacer propio lo ajeno.
Leer es la prĂĄctica intelectual mĂĄs virulenta que existe, para bien y para mal.
Pone a trabajar a todos los obreros de tu mente en pulir una idea que no te pertenece, por eso, los dos desenlaces posibles a esta Ă©poca de la humanidad, en la que la mierda leĂble estĂĄ mĂĄs al alcance que nunca: dejar de leer o seguir leyendo, son destinos igual de terrorĂficos.
Stop.
Fin del telegrama mirandero-apocalĂtico âš
Seguiré entrenåndome en condensar lo que escribo, para meterte sólo la puntita de mi posesión literaria.
ÂĄBesitos volados!
A veces lo bueno, si breve, dos veces menos. Otras, no hay forma de condensar un pensamiento de forma concisa y hay que explayarse. Esto de escribir es una cosa muy complicat.
Y por qué te fuerzas a hacer cosas que no son tu naturaleza?
Si escribes explayandote ,pues fluye.
Si te salen frases cortas y directas ,bien también.
Lo que importa es la idea, si es buena, si engancha, y ya, da igual el continente, la idea busca un lugar en el cerebro y si la usas, queda, si no se recicla y olvida.