🍃Si alguna vez te dicen de mí
He escrito lo que me apetecía, pero no te asustes, que es corto (3 mins)
Si alguien te ha reenviado esto, tu alguien me quiere mucho. Quiéreme tú también suscribiéndote:
Ayer, en un sueño, me acerqué a un pastor de ovejas que descansaba, el rebaño suelto, debajo del único o último árbol de una ladera.
Le llegué un poco torpe, porque la pendiente estaba llena de cantos y acababa yo de cepillarme las botas. Me vio sin mirarme, con alguna dignidad de miseria, medio entrecerrados los ojos bajo ese croché de sombras en hojas.
Le saludé por su nombre y asintió. Una campanela sonó a latón abajo, por haber reconocido algún baifillo esa palabra, y la supiese sonido que perteneciera al amo.
Con todavía más distancia de la que supe recortar, le dije que me habían hablado de él en el pueblo, cosas increíbles que necesitaba yo... Pero levantó el cayado, pulido de tanta lija de manos, y, claro, me callé:
Si alguna vez te dicen de mí
unas cosas que no entiendas,
de esas complicadas
y raras, como de embrujos de poeta,
diles que no pueden ser verdad,
que tú me conocías bien
y no hay nada que haría menos
que pensar tanto en los demás.
Más aun te digo:
si llegara alguien con cuentos,
que no has visto,
y con bondades,
que demasiado suenan ser,
y con escucharlos tú me quisieras más
por haberlos conocido de ellos,
tenlos por falsos y hasta maldición a mi nombre,
que no hay palabra que debiera hacerte
cariños
más que las que conmigo tuviste.
¿Es que no sabes, tú, gorrión de nido,
que cuando uno se despide del pueblo
más alto y apuesto se hace
que cuando se remojaba las patas en la fuente?
Hay un anhelo de ser querido
en que quieran mucho a quien se quiere.
Tú mejor guárdate
de andar entre cantos con tanta bota limpia,
que esa curiosidad por los que estamos a este lado
araña lustres y seca vidas.
Una oveja baló y se nos vino tolondrona, penduleándole el latón mate al cuello. Le buscó la compañía al pastor entre las piernas y ahí se dejaron estar, una más abandonada al descanso que el otro. Había abierto los ojos por fin el pastor, mucho, como desvelado en la noche. No me miraba, sin embargo. Deshacía nudos en la lana del animal con una mano en peine, la vista lejos.
Estando ahí, mirándolo, la ropa sucia del camino y el tiempo, las uñas negras, el rostro contaminado de las mismas grietas gruesas del cayado. Estando ahí, ante un hombre pobre y solo, me dije que ese era el triunfo de la gloria; el eco de las grandes historias no replica clarines, sino estrechez y abandono. Vi en el pastor nombres que no diré, elevados y enterrados, con los mismos laureles secos sobre las orejas.
Entonces supe que no había otra posibilidad que esa:
—Yo tengo para mí que las historias son reales, y que es usted un héroe.
—Yo tengo para mí que es usted un mentecato.
baifillo no se en mi diccionario. ¿Qué es?
Joder Samu!!! Me ha flipado este texto❤️. Me encanta cuando te metes tan dentro para sacar estás maravillas.