🍃Soy el más tonto en la sala

Hoy no tengo ganas de dármelas de reflexivo e interesante, más bien lo contrario, así que vamos a bajarle tré (4 mins)

Si alguien te ha reenviado esto, tu alguien me quiere mucho. Quiéreme tú también suscribiéndote:

Mientras escribo esto, hay 772 personas al otro lado recibiendo el correo y diciendo: «a ver qué dice este colgao hoy».

Eso me pone muy contento.

Aunque no lo parezca.

Por la puntuación.

Pero mira:

Así de contento ✨

Creo que el primer correo lo mandé para unas veinte personas, y estoy seguro de que estaba más asustado que ahora. La verdad es que no esperaba esto, porque cuando conseguía hitos como los primeros 100 o los primeros 200, al día siguiente me concentraba mucho y decía:

—Vale, hoy tienes que escribir algo bueno de verdad.

Como si, cada vez que llegaba a un número redondo, todos se volvieran evaluadores de si era o no merecedor de esos suscriptores.

Pero, mientras más lectores se suman a Miradero, más tranquilo estoy y menos fricciones raras de a cuánta gente estoy escribiendo me da. Y creo que la clave está en algo muy simple:

Ustedes y, potencialmente, tú, querido mirandero, sabes más que yo. De todo.

LECTOR: El peor de los infiernos está reservado para los traidores y los demagogos.

Qué sí, que no van por ahí los tiros.

Cuanto más crece Miradero, más imposible se hace que yo pueda saber más que setecientas, mil, dos mil personas juntas, o las que vengan.

Por pura estadística, ya hay alguien aquí que sabe más que yo de literatura, que sabe más de Medio Oriente, del ejército, que escribe mejor que yo o que hace cualquier otra cosa que te haya traído a Miradero mejor.

¡PERO!

Yo sé hacer una cosa mejor que todos ustedes juntos, aunque lleguemos a siete mil millones, y es…

Vamos a darle suspense, te lo cuento después del ejemplo 🥸

Lo que te decía,

Para cualquier cosa que hagas, cualquiera, hay muchas personas (o una única IA, uuuh, el Coco ⛈️) que pueden hacerlo, no sólo mejor que tú, sino agarrándote de los pelos, poniéndote de rodillas y partiéndote en dos.

Piénsalo.

Imagínate que eres un ser excelso, eres ese Uno entre un millón señalado por los dioses.

Bueno,

• España tiene 49 millones de habitantes.

• México 126 millones.

• Estados Unidos 340 millones.

De momento, tienes, a lo poco, 515 personas-excelsas-señaladas-por-los-dioses con las que partirte la madre. No sé si alguna vez te has peleado, pero eso son muchas personas con las que pegarse.

Si les sumas toda la gente que hay online, chau.

¡SIN EMBARGO!

Hay un truco para ganarles a todos, paga y te lo cuento.

Es bromi 🐵

La cuestión es que, de esos 515 seres excelsos, ninguno te puede ganar en ser tú, ninguno es la combinación precisa y hermosa de factores que te constituyen a ti.

Ninguno, aunque se esfuerce toda una vida en conseguirlo, jamás va ni a acercarse a ser lo que eres. Como mucho, se terminará pareciendo a uno de esos iluminados que se hacen mil operaciones para parecerse a Justin Bieber.

Así que no quieras tú ser una de esas deformaciones grotescas de alguien más. Al contrario, esfuérzate por discernir qué es ser tú.

Deja de peinarte como el futbolista de turno, de intentar que tu voz al escribir suene más literaria, más divertida, más como-la-de, porque los Top 1 de eso ya existen, nunca los vas a batir, y estás constantemente despreciando ser el Top 1 en ti mismo.

Abraza lo que eres, porque el gran tesoro, en el futuro que ya llega, estará en la capacidad de ser auténtico.

Eso es lo único que nadie nos podrá arrebatar.

Eso, y nuestra manera de sufrir, porque la vida es sufrimiento.
(Es que estaba quedando esto muy teléfono de la esperanza ya)

Por eso, cuantos más lectores vienen a Miradero, más tranquilo estoy.

Porque, al final, la verdad es que tú ya no estás aquí porque pueda ser el tío que más sabe de literatura, el mejor escritor de España o, como dice mi hermano

David Domínguez

siempre que puede (enajenado por el amor fraternal), «el mejor escritor de newsletter diaria en Substack».

Estás aquí poque te echas unas risas conmigo y porque quieres que sea yo el que te cuente esas historias que me invente y estas reflexiones que me vengan (aunque probablemente tú ya las hayas pensado, quizá este mismo post, y esa es la mejor parte).

De algún modo, me he dado cuenta de eso y de que este trabajo sólo lo puedo hacer si sigo siendo yo, y esa es la mayor tranquilidad y el mayor regalo (inesperado) que podría recibir.

Así que gracias por no esperar de mí más que ser yo, te prometo que seré el más yo del mundo y te invito muy cordialísimamente a hacer lo mismo, si todavía no lo haces, porque la humanidad será más guay cuando dejemos de esforzarnos por ser la marca blanca de otro.

¡Besitos volados!

🌈👆 Escucha, escucha👆🪅