¿Qué es esto del Miradero?
Samuel Domínguez, me llamo,
y te voy a contar GRATIS cosas todos los días.
Ya sé, el gratis en mayúsculas me da miedo hasta a mí (y en Internet más), pero es verdad:
No te voy a vender nada
Y te prometo que nunca voy a hacer una masterclass sobre cómo descubrir al escritor que hay en ti, enseñarte a vender más libros o los secretos más secretísimos de la escritura.
Esto va más de mí mandándote un textito diario, corto, dinámico y muy entretenido, y de ti al otro lado preguntándote (idealmente con una sonrisa) por qué este tío te está contando tan emocionado lo que le pasó hoy al tirar la basura.
Míralo como una correspondencia amistosa, pero sin la jodienda de bajar a Correos a por sellos. Porque puedes, y espero, que me respondas cuando quieras a lo que te mande.
Además, creo que lo convalidan para contrarrestar la culpabilidad de una sesión de scroll en Instagram y TikTok.
Además 2, si me has conocido en persona, eres susceptible de salir en una de mis historias. Y a todos nos encanta ver qué dicen de nosotros, aunque a veces eso salga medio regular.
¿Ya te he convencido? Pues, hale, pon tu email aquí y empezamos:
Si sigues leyendo esto es que no te he convencido, pero, mejor aún:
✨👁️ Quieres que te convenza 👁️✨
Eso está bien, tampoco me encantan los lectores que se regalan al primero que le promete unos correitos rubios con ojos azules.
A ver, ahora que hay confianza, te estarás preguntando:
¿Y para qué haces esto si no es por pasta, Samu?
Y yo te responderé:
—Buena pregunta... Tú.
La cuestión es que soy escritor, principalmente de fantasía y ciencia ficción. Sí, escribo cosas frikillas, pero eso no importa ahora. Para que entiendas el asunto vamos a hacer un ejercicio de imaginación juntos:
Piensa en la última vez que fuiste a una librería.
¿Te acuerdas de ver en el estante principal mi último libro, Caminos de vuelta, y un montón de lectores como locos rebuscando para llevarse uno?
Yo tampoco.
Porque, aparte de algún relatillo tan valiente como humilde, no he publicado nada.
Qué dura es la vida. Con lo buen tipo que parezco y ni un poquito de suerte, ¿eh? Y eso que siempre dicen que escribo muy bien, desde primaria.
Fíjate tú.
Aquí es donde, ¡tatatachán!, entras tú, amantísimo lector de mi correspondencia.
Dicen que literatura es sólo aquella que se comparte,
El resto son meros textos.
Realmente en el Medievo se le llamaba literatura hasta a la lista de la compra, con tal de que estuviera por escrito (letra-dura). Pero quedémonos con la primera parte, que es la que me interesa para mi treta de ✨👁️ convicción 👁️✨.
Si nadie te lee es como si no escribieras.
Esto me lo dijo cierto buen profesor que tuve, y la verdad es que es una cita controvertida, como lo del árbol que se cae en el bosque sin nadie que lo escuche, pero lo podemos suavizar un poco:
Un texto crece cuando se comparte.
Mejor así.
¿Por qué? Porque una novela, un cuento, un poema (o el correo que te voy a mandar mañana) es un puzzle que necesita a un lector para que trastee con las piezas, para que le de su significado último a las piezas.
Es ese intercambio lo que convierte al texto en literatura.
Y el logro de esa transformación es un bien para todos los que participan en la práctica literaria.
Tracatá.
Envuelto para regalo que te lo he puesto, ¿eh?
Va, déjame resolver a mí lo de llevar mis libros al estante principal de las librerías y, por tu parte, usa esa pasada de superpoder que tienes para convertir mis textos en literatura.
¿Sigues por aquí?
Sin embargo,
Ya estás más que convencido
Así que lo que te ha de preocupar, cándido corazón, no ha de ser otra cosa que...
LECTOR: (Desolado.) Samu, pero si no me cobras y no publicas, ¿cuántos correos voy a recibir antes de que perezcas inevitablemente de INANICIÓN?
(Curioso que me cueste menos escribir «inanición» en mayúsculas que «gratis»)
SAMU: No te preocupes *cof, cof*, voy a estar bien *cof, cof*. Yo me las arreglo, de verdad (tiembla de frío.).
(Samu se da la vuelta y cojea hasta hacer mutis por el foro. Se escuchan más toses y, al final, un llanto pobremente contenido. Luego, silencio.)
(Telón.)
¡Bravo, bravo!
Bueno, lo cierto es que tengo otro trabajo, uno de esos con sueldo a final de mes y todas las cosas de los trabajos, y tal.
Además, tengo la infrecuente suerte de que me guste lo que hago a cambio de dinero, porque soy...
Aunque mejor eso lo dejamos para el correo de bienvenida, y ya nos vamos conociendo más tranquilamente.
¿Has visto lo bien que se me da crear expectación?
Y tú que decías que ni de coña te ibas a leer un correo diario, ni mío ni de Rita la Cantaora. Anda que...
¡Apúntate y todavía llegas al de mañana!
Un besito volado y nos vemos por las cartas, mi querido pen pal.