š365 correos despuĆ©s: Ā”Miradero cumple un aƱo!
Eso son siete aƱos de correos, si esta fuera una newsletter semanal (6 mins)
El viento se enhebra por los agujeros de las velas, esos que dejó la caza marina sobre la Bestia de las mil cabezas, y la tormenta que os tragarĆa despuĆ©s.
Quien os viera ahora, con estas gualdrapas viejas colgadas de los palos, pensarĆa que se ha cruzado, en las costas de Veragua, con un barco fantasma. Y harĆa bien en creerlo asĆ. Ā«Nuestra SeƱora del MiraderoĀ» se lee dorado en la popa, pero es un brillo que no llega a los bancos de boga en la bodega. Sois los espectros que empujan la nave y, ahora, con la ropa de los mĆ”stiles acribillada, mĆ”s.
Te duelen las manos de remar y el corazón por la incertidumbre. Piensas, bajito, por si te llegaran a traicionar los labios, si acaso recordarÔn tus manos cómo acariciar otra piel que no sea la del remo.
El espaldel ordena «”dar atrĆ”s!Ā» y empezĆ”is a remar en contra del sentido de la marcha. Se manda frenar, habĆ©is llegado. Con el traqueteo de la cadena del ancla, la nave se clava por fin y sueltas el madero este que, de tanta sangre tuya que lleva, ya podrĆas empezar a llamar de primo hermano.
Aparece escaleras abajo el contramaestre y, tras intercambiar una palabra con el espalder, se os dice a los remeros libres que subÔis a cubierta. Te levantas y atrÔs quedan los galeotes condenados al remo por la justicia, las manos engrilletadas a él, esposos del que tú llamas primo.
El sol te ciega un tanto, no demasiado, porque ya has aprendido a domar ese juego de ir y venir de luces a sombras, y te encuentras con toda la tripulación bajo las velas lacias y grises, aun en el sol de la mañana, quizÔ por intuir ya la derrota que lleva el navio en el que les ha tocado sevir.
Te apoyas a descansar la fatiga en una baranda y, como si ningĆŗn dios quisiera darte reposo, baja el capitĆ”n del alcĆ”zar y se dirige justo hacia ti. Ponerte firme y cederle el espacio es una danza rĆ”pida, eficaz, aunque quedas un tanto ridĆculamente entre el contramaestre y el capitĆ”n, sin espacio para perderte en la tripulación que tras vosotros se apiƱa.
āA la orden de ustĆ©, mi capitĆ”n ādice el anciano, y se gira tambiĆ©n hacia la costa, que ya mira el comandante del Nuestra SeƱoraā: La Ćŗltima tierra sana antes de cruzar la Garganta Lilith.
āCuĆ”nto habrĆ” de heroico en la constancia y cuĆ”nto de enfermedad⦠āsusurra el capitĆ”n y el viento te trae sus palabras, sólo a ti, hasta que gritaā. Ā”Cargad los botes con vino y ron! Que los muchachos se alegren el alma por tres noches y, despuĆ©s, que Sanā¦
Las palabras se ahogan en el griterĆo de la tripulación. Sólo llegas a ver cómo los labios siguen moviĆ©ndosele, para sĆ mismo, en una promesa, un rezo o una maldición.
Si alguien te ha reenviado esto, tu alguien me quiere muuuucho. Quiéreme tú también suscribiéndote, que hoy es fiesta por aquà y apetece:
Todas las ventanas de mi casa tienen mosquitera, pero apenas se ven en la noche: se confunden a la vista con esos valles encadenados, llenos de casas siempre con el mismo color, ahora opacado, hasta llegar allĆ” a la capital de otro paĆs que ya no es este.
Asà que, si guiñas el ojo como un tirador novato, estiras un dedo y te concentras, recorriendo la mosquitera puedes tocar ese coche que pasa, el minarete del valle, Tel Aviv al fondo. El mar nocturno, lejos. Y te das cuenta de que todo tiene el mismo tacto, y que asà tiene que ser, porque eso somos, aunque disimulemos una vida entera en parecer diferentes a las piedras y el viento.
Escribir es tocar el mundo con palabras.
Igual que se lee el braille con los dedos, se puede ver con palabras el mundo. Y, si no me he vuelto loco todavĆa, quizĆ” podamos seguir haciendo esto que hago otro aƱo mĆ”s.
DespuƩs de 365 correos sigo intentando descubrir de quƩ va Miradero.
Yo no lo sĆ© todavĆa, quizĆ” tĆŗ sĆ, y eso es lo que importa.
Sólo estoy seguro de algo y es que, aunque vaya en contra de todas las recomendaciones de los newsletteros que saben, no creo que se me hubiera podido ocurrir un nombre mejor que «Miradero» para lo que sea que es.
Hay un botón en el panel de control de la web que dice «Eliminar publicación». Borra todos tus posts y todo el registro de tu newsletter en Substack.
Creo que, ni aun asĆ, podrĆa borrar Miradero.
Me ha hecho algo por dentro que ya no se puede revertir y, con un poco de suerte, a ti te ha hecho un tilĆn-tilĆn tambiĆ©n, aunque sea pequeƱito.
QuƩ ha pasado este aƱo, en cifras
NĆŗmero de correos enviados: 365
Número de palabras escritas: mÔs de 350.000
Tiempo medio de lectura de cada correo: 6 minutos
NĆŗmero de suscriptores actual: 1271
NĆŗmero de suscriptores dados de baja: 391
NĆŗmero de suscriptores de pago: 5
PaĆses desde donde se lee Miradero: 54
CanadĆ”, Estados Unidos, MĆ©xico, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, PanamĆ”, Cuba, RepĆŗblica Dominicana, Puerto Rico, Colombia, PerĆŗ, Bolivia, Paraguay, Brasil, Argentina, Chile, Uruguay, Reino Unido, Irlanda, Noruega, Suecia, Finlandia, Dinamarca, PaĆses Bajos, BĆ©lgica, Luxemburgo, Alemania, Francia, Polonia, Lituania, Letonia, Estonia, Italia, EspaƱa, Portugal, Grecia, Croacia, Albania, Marruecos, Nigeria, Egipto, EtiopĆa, Palestina, Israel, Arabia SaudĆ, Emiratos Ćrabes Unidos, India, Vietnam, Indonesia, Corea del Sur, Australia, Nueva Zelanda.
SĆ, he contado Puerto Rico como paĆs. Detenme si quieres.
QuƩ ha pasado este aƱo, en no-cifras
Que me lo he pasado muy bien āØ
Ahora, mi momento favorito šµ
Si llevas tiempo por aquĆ, saaaaabraaaas que lo que mĆ”s me gusta de este tipo de hitos es crear tĆtulos miranderos, que, aparte del homenaje y la DIGNIDAD del cargo, luego tienen recompensas con el tiempo.
Por ejemplo, la Primigenitura puede reclamar el bonus que ofrecĆa durante la campaƱa de lanzamiento de mi novela, aunque compraran hoy.
(āØšļø mensaje subliminal: c o m p r a Ā· h o y šļøāØ)O, durante la creación del protagonista de Antes de rendir el alma, ellos pueden proponer dos rasgos complejos, en vez de uno.
Cositas.
La cuestión es que hoy es un dĆa muy-mucho-mĆ”s especial; asĆ que, si reclamas el tĆtulo, con Ć©l viene un regalo automĆ”tico, aparte de los que puedan venir mĆ”s adelante.
Y el tĆtulo esā¦
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⨠Mirandero Sideral āØ
Porque un aƱo sideral es lo que tarda la Tierra en⦠Bueno, que se llama asĆ, no quieras saberlo todo tampoco.
Hay dos tipos de regalos, y ambos estƔn relacionados con MI libro, porque contiene la mejor historia que he contado hasta hoy y ha de dƔrsele bombo y contento.
Si ya tienes la novela: un bonus donde te cuento un secreto de cada personaje protagonista de Caminos de vuelta.
Si no tienes la novela: el prólogo de la novela.
Y el honor de ser Mirandero Sideral, por supuesto.
DeberĆa hacer un post explicando los tĆtulos algĆŗn dĆa, porque ya empieza a ser lioso,
”MIENTRAS TANTO!
Tienes los siete primeros dĆas de julio para reclamar el de Sideral; o sea, hasta el lunes 7, incluido, y lo haces dĆ”ndole a este botoncito:
š Inscripción cerrada š
”Besitos volados!
Te dejo aquà la referencia que cité arriba:
⮤ Ā«El viento se enhebra por los agujeros de las velas, esos que dejó la caza marina sobre la Bestia de las mil cabezas, y la tormenta que os tragarĆa despuĆ©s.Ā»
Miradero - happy biiiiirthday to youuuuuuu! And many more!
Y muchas felicidades al escritor detrƔs de la pantalla.
Si has escrito 7 años de correos electrónicos semanales, ”te he estado leyendo durante 21 años! (Todo eso te lee tres veces por cada episodio...) bueno, tal vez unos pocos menos.
Y solo Dios sabe cuÔntos ensayos he metido en tus comentarios en lugar de escribir mi propio correo electrónico a mi gente. ”Gracias por leerME!
Hugs.
āDon SidĆ©reo de Miranda. Archiduque de tierras ignotas. DespuĆ©s de su martirio (fue condenado a ser hervido en una olla gigante por practicar la cartomancia) pasó a ser San SidĆ©reo, cuya festividad se celebra justo hoy.ā<- mi regalo š
Enhorabuena!!! š¾š¤