🍂Ahora imagínate ser inglés
Creo que ya me quedan pocos de estos días de legarle la voz y el espacio a poetas de esta tierra, pero déjame uno más (4 mins)
El Almirante Nelson fue un marino inglés del siglo XVIII y uno de los mejores de la historia. Es muy famosa aquella vez que fue con una escuadra de nueve navíos a tomar Santa Cruz de Tenerife y le volaron un brazo.
La gente se imagina esta historia como que el teniente general Antonio Gutiérrez manda a disparar el cañón Tigre y que, por una chiripa legendaria, le da justo al almirante y la flota se retira.
La verdad es que las tropas británicas desembarcaron y se armó la marimorena en las calles de la ciudad. Los canarios pegándoles tiros desde los tejados, las mujeres lanzándoseles encima con cuchillos y la artillería de costa reventándoles la retirada, cuando ya se dieron cuenta de que aquella gente estaba loca pa’l coño y les dio por correr.
Así, siendo parte del primer grupo de asalto, el Almirante Nelson pide la rendición y el teniente general Gutiérrez se la concede. Antes, manda a sus sanitarios a curar a los heridos ingleses, les da vino, pan, agua, tabaco y los deja irse por donde vinieron.
No se me ocurre algo más canario que esta historia.
La cuestión es que, si no fuera por los cojones gordos de los chicharreros, ahora te estaría hablando en inglés, estaría monetizando Miradero que da gusto y sería mucho menos feliz. Probablemente.
Pero que los hermanos del Teide quebraran ese futuro no existente, esa especie de Gibraltar atlántico, cantando folías en inglés, me ha hecho el gran favor de no ser inglés en Palestina.
Hay gente que todavía no lo sabe, pero Reino Unido, que aún no había hecho rebranding y seguía siendo el Imperio Británico, tiene un papel extremadamente oscuro en esta parte del mundo.
Te hago un resumen rápido:
Con el fin de la Primera Guerra Mundial, cae el Imperio Otomano, que había gobernado, duro, Palestina durante siglos (esto da para otro correo, o dos), los británicos y los franceses se reparten como cromos las posesiones del Imperio y a los ingleses les toca Palestina.
Entonces, por una cosa que se llama Declaración Balfour (1917), a los británicos se les ocurre decir que apoyarían la creación de un «hogar nacional» judío en Palestina, and so it begins.
Begins, pero es hoy seis de abril de 2025 y no acaba todavía.
El Imperio Británico estuvo marcando paquete por esta zona del mundo hasta 1948 (o sea, veintiocho años), cuando se retira y se crea el estado de Israel. Por eso cuando un palestino dice Forty-eight se está refiriendo a Israel, para no llamarlos por ese nombre.
Pero durante el Mandato Británico, a los palestinos les gustaban los ingleses tan poco como a aquellos canarios del siglo XVIII, y la resistencia les daba lo suyo y lo de su prima cuando tenían la oportunidad.
Y pasa algo hermoso entonces, que, muchas veces no pudiendo atacarles por la fuerza, les empezaron a atacar desde la literatura. Y debía de entrarles a doler a los rubios, porque, por ejemplo, el Imperio Británico prohibió la circulación de la poesía de Nuh Ibrahim.
Ghassan Kanafani en Resistance Literature In Occupied Palestine dice que, como respuesta a aquella prohibición, prácticamente todo palestino se sabía de memoria este poema.
Si alguien te ha reenviado esto, tu alguien me quiere mucho. Quiéreme tú también suscribiéndote:
Canción del prisionero
Noche, quédate un poco más, hasta que el cautivo termine su canción. Al amanecer, su ala aleteará y el ahorcado se mecerá en el viento. Noche, aligera tu paso, déjame abrirte el corazón, quizá olvidaste quién soy y cuáles son mis penas. Lástima, cómo se me han escurrido las horas entre tus manos. No pienses que lloro por miedo, lloro por mi país y por un puñado de crías hambrientas en casa sin un padre. ¿Quién las alimentará tras de mí? Sin mis dos hermanos, que antes que yo se mecieron en la horca. ¿Y cómo pasará los días mi esposa, sola y entre lágrimas? Ni siquiera le dejé un brazalete en la muñeca cuando mi país clamó por armas.
En 1938 Nuh Ibrahim murió en combate contra las tropas británicas.
Tenía 25 años.
Si quieres leer más de mis batallitas por Palestina, están todas aquí
Mira que uno ya viene tocado de la historia oficial del cole, y tú vas y me sueltas “se repartieron como cromos las posesiones del Imperio”, y de pronto todo cobra más sentido que en tres años de clase con la profe de Sociales.
Y sí, qué fuerte que una potencia que ni vive allí decida montar un “hogar nacional” como si estuvieran eligiendo parcela en un Monopoly gigante. Todo muy siglo XX europeo: “esto lo ponemos aquí, esto allá, y si a alguien le molesta, pues que escriba un poema y se aguante”.
Y lo hicieron. Qué belleza eso de responder con versos cuando no puedes con armas. Que el Imperio prohibiera poesía… ahí sabes que les dolía de verdad. ¡Imagínate a un británico temblando al ver a un abuelo palestino recitando a Nuh Ibrahim en el café!
Gracias por contar todo esto con tanta claridad y verdad. Te leo y aprendo, pero además me río, aunque sea para no llorar. Porque sí, 2025 y esto still not over.
Como dice la canción de Fito: "menos mal que con los rifles, no se matan la palabras". Sublime❤️.