🍃Edulcorante narrativo para la vida
8 mins sobre esto del poder narrativo y «que todavía no sabemos hasta cuándo o hasta dónde puede llegar una palabra, quién la recogerá ni de qué boca con suficiente fe para darle su forma verdadera»
Una de las grandes preguntas a las que se enfrenta un escritor a cada tanto son las dos crueles palabas:
«¿Esto pa’qué?»
Ahí, cada uno tiene que tirar de su reserva de fuerza de voluntad individual para levantarse con los motivos que lo hayan llevado a querer escribir más que como un pasatiempo cuqui.
Durante mucho tiempo, aparte de mis motivos personales, me ayudaba echar la vista atrás, mucho, tanto como hasta llegar a esas historias que configuraron el pensamiento de nuestra cultura: los mitos.
La fuerza conductora del mundo
Los mitos son historias también, historias que alguien pensó para explicarle algo complicado a otro, o por entretenimiento o, simplemente, porque se dio cuenta de que podía imaginar lo que quisiera, ponerlo por escrito, y que pareciera tan real como las cuentas de cereales de esa temporada.
Una narrativa que nos puede parecer tan inocente como la de un mito es la responsable, en verdad, del devenir futuro de religiones, valores y moralidades de, en nuestro caso, la cultura europea.
Con todas sus leyes y cosas prácticas que tiene organizar sociedades.
Pero hace unos días me di cuenta de que, para justificar ese poder configurador de mundos, no hacía falta irse hasta Homero.
Hay una técnica de productividad que se llama Pomodoro, tomate en italiano.
(Creo que) porque un tipo cogió uno de esos tomates cronómetros de cocina —esos que giras y das cuerda para que te avisen de que la comida ya está— y se inventó un sistema por el que trabajaría veinticinco minutos del tomate y, cuando sonara, descansaría cinco y volvería a estrujar el tomate después.
Este sistema es la hostia si te despistas fácil, porque es como un tirón de correa que te dice: un par de minutos más y ya mismo descansas.
Mientras que si trabajas sin ver un límite, petas, y al rato estás echando una miradita al móvil que cada vez se va haciendo más larga.
¿Cuál es el problema de esto?
Que es un reloj, y tiene el mismo atractivo que una cuenta regresiva hasta cero: ninguno.
¡SIN EMBARGO!
Todo se puede hacer bonito con un poco de creatividad, hasta una cuenta atrás.
Así fue como, un día buscando una aplicación de Pomodoro, uno de esos en los que te pones serio contigo mismo y te dices: ahora sí que sí voy a sacar esta mierda adelante, me encontré con Focus Quest.
Es un Pomodoro, como cualquiera de los cien mil que tienes para elegir en la Play Store, peeeero, este cuenta una historia.
Eres un tipo o una tipa en un pueblo medieval de Focusland y descubres que todos, menos tú, han perdido la percepción temporal porque el artefacto sagrado del tiempo ha sido destruido. Pero tú, que eres el hijo del Guardián del Tiempo, y tienes la Fuerza del Tiempo en ti, te embarcas en la misión de devolver el tiempo al mundo.
Sí, mucho tiempo, tiempo, tiempo en esta explicación.
La cuestión es que por el camino te ves viejos que llevan años amnésicos por procrastinar, otros atascados en decisiones vitales porque creen que aventurarse es una pérdida de tiempo si se puede fracasar, borrachos que te intentan convencer de que es mejor el placer inmediato a invertir tiempo en perseguir tus sueños…
Y, para avanzar en esta historia hasta recuperar el artefacto y derrotar el Señor Oscuro, tienes que sumar minutos de Pomodoro.
Me parece una idea genial.
Han cogido un tomate de cocina y le han dado una narrativa épica del carajo sobre salvar el futuro del mundo mientras te hablan, como sin querer, de las consecuencias que tendrá tu procastinación, el miedo al fracaso, el nihilismo, el hedonismo…
Exacto,
Justo lo que hacen los mitos
Me pasó algo parecido hace unos días con otra app.
Ya estoy a muy poco de irme a Palestina, así que no me renta volver a pagar el gimnasio para una semana.
Entonces, justo mi hermano me habló de una aplicación para correr: ZRX.
Igual que hay cien mil pomodoros en la Store, ha de haber un millón de aplicaciones que te registran los tiempos de carrera, las distancias, calorías y estas cosas.
La cosa es que el nombre completo de esta app es: ZRX Zombie run, y simula que estás en un mundo distópico infectado de zombis y que, cuando corres, es porque has salido de la base a buscar recursos y completar misiones para los supervivientes.
Vale, es una frikada, pero, mientras corres (o andas) con los auriculares puestos, de vez en cuando, la música que tengas se te para y un tipo por radio te avisa de que un grupo de zombis se te acerca, así que tienes que acelerar o te matan.
O pasa algo en la historia y te dice que tienes que desviarte a un hospital a recoger material médico.
Parece una gilipollez, porque, realmente, tu no te tienes que desviar de tu ruta real, pero es justo el punto de entretenimiento y expectación necesario para que correr no sea la mierda suprema que es (vale, perdón, es que tengo una mala relación con la carrera, algún día te comentaré por qué).
Pero la idea es la misma que con Focus Quest: tomas algo infumable y lo haces atractivo sólo con alguien poniéndole un poco de imaginación en contarte una historia, en un lado, y a ti, en el otro, con voluntad de participar en su cuento.
Son pequeñas narraciones que pueden significar el punto de cambio para alguien que le cuesta tremendamente no procrastinar o que lleva años sin hacer deporte porque lo ve como algo superpoco grato.
Así que quizá hagamos más que bien en contentarnos con cambiar ese mundo: levantar a alguien del sofá y que se ponga un chándal o que se siente a estudiar o con emocionar a alguien con un verso o despertar la empatía en alguien por la historia de un personaje.
Al final, como dicen los últimos versos de No inútilmente:
Pues más allá de nuestro sueño
las palabras, que no nos pertenecen,
se asocian como nubes
que un día el viento precipita
sobre la tierra
para cambiar, no inútilmente, el mundo.
O, si no llegamos a lo que sin duda llegó el maestro José Ángel Valente, por lo menos endulzarle la realidad a alguien y hacérsela menos terrible.
Que tampoco es poca cosa.
¡Besitos volados!
P. D.: Aquí te dejo otra vez las dos aplicaciones de las que te he hablado, por si te interesa alguna:
⚔️ Focus Quest ⏳
🏃 ZRX: Zombie run 🧟♂️🧟♀️