šComo un ruiseƱor con dolor de muelas
Te traigo siete minutos de quejarme de una cosa que me molesta en las series y que no va a cambiar, porque la vida es sufrimiento, pero yo me desahogo por aquĆ contigo, que para eso estĆ”n los amigos.
Llevo tiempo sin ver series.
No es una posiciĆ³n ideolĆ³gica, no es como si fuera vegano de lo audiovisual, es que cada vez que empiezo una serie, por mala suerte, supongo que ningĆŗn director o guionista lo hace a propĆ³sito, la serie me termina pareciendo una mierda.
El topping suele ser de diez, llamativo, dulce a lo tentaciĆ³n del demonio. Hay veces que de verdad me quedo maravillado calculando cuĆ”nto dinero se habrĆ”n pulido en todo lo que se ve: un vestuario para cuatro pasarelas, decoraciones geniales, efectos visuales que te hacen pensar en las representaciones del Siglo de Oro, cuando un actor sĆ³lo necesitaba subirse a una caja para que los espectadores vieran que habĆa coronado un monteā¦
Pero ese es otro tema, la cuestiĆ³n es que en cuanto uno hunde la cuchara en estas series que tan mala suerte tengo de toparme, mĆ”s mierda o menos mierda, pero un inconfundible sabor a culo de otro me termina en la boca.
Como decĆa no recuerdo quĆ© rapero en no sĆ© quĆ© canciĆ³n, quizĆ” sĆ³lo sea que, para mĆ Ā«el rap las historias son como la mierda, todas apestan menos la tuyaĀ», la mĆa, en este caso. Porque no creo que exista una conspiraciĆ³n a nivel global de hacer series malas y previsibles.
QuizĆ” ya estoy en ese momento vital en el que sĆ³lo me gusta lo que se hizo hace mĆ”s de diez o veinte aƱos, u otros quizaces que no nos interesan ahora, porque esto sĆ³lo ha sido una introducciĆ³n muy caĆ³tica para hablarte de otra cosa que tiene muy poco que ver.
Si alguien te ha reenviado esto, tu alguien me quiere mucho. QuiĆ©reme tĆŗ tambiĆ©n poniendo tu email aquĆ para llevarte mĆ”s de un millĆ³n de correos vitalicios si resulta que nos aguanta la vida a los dos:
El otro dĆa empecĆ© una serie
Hasta aquĆ sĆ tiene que ver con lo de arriba.
Me suelen llamar las series, libros, pelĆculas con tĆtulos deliberadamente descriptivos (aunque luego me lleve un chasco como con A orillas del rĆo Piedra me sentĆ© y llorĆ©). El caso es que a esta le pusieron: The bastard son and the devil himself.
Creo que la clave estĆ” en ese himself.
La serie es de fantasĆa, y me he dado cuenta de que todo lo que sea fantĆ”stico, aunque sea malo, lo tolero mejor, porque al menos veo cĆ³mo construyen mundos otros, y eso siempre interesa.
La serie no es mala, en palabras de Santi, ese amigo mĆo con el que me tiro sillas a la cabeza de vez en cuando: Ā«diez minutos de serie y no me importarĆa seguir viĆ©ndolaĀ».
AsĆ estamos, el Ć©xito ya no es que te guste una serie, sino que toleres seguir viĆ©ndola. Pues seguimos viĆ©ndola, a cinco mil kilĆ³metros el uno del otro, pero eso, seguimos.
Intento ver lo audiovisual siempre que puedo en versiĆ³n original y, si es en inglĆ©s, con subtĆtulos en inglĆ©s. La cuestiĆ³n (y aquĆ viene el tema autĆ©ntico del correo) es que la mayorĆa de veces los Ćŗnicos subtĆtulos para el mismo idioma del audio son SDH; o sea, por las siglas, para Ā«sordos y con problemas de audiciĆ³nĀ».
Y, como mi nivel de inglĆ©s todavĆa me coloca en ese segundo grupo de los duros de oĆdo, pues es lo que toca, empiezo la serie con esos [tose], [se rĆe], [carraspea] salpicando los diĆ”logos, que, bien visto, tienen su encanto, como si estuvieras leyendo teatro.
Pero claro. En cuanto empiezan a poner mĆŗsica de fondo aparecen cosas como:
Energetic music playing, Demon by Mooncjild Sanell and Saf Night Dynamite playing, Emotional music playing, Classical piano music playingā¦
Y yo me imagino a un tipo en su casa, que me apetece llamarle RamĆ³n, sordo de nacimiento, rascĆ”ndose la cabeza y preguntĆ”ndose cĆ³mo sonarĆ” un piano clĆ”sico o cĆ³mo serĆ” una mĆŗsica emocional o energĆ©tica o quĆ© coƱo hacer con esa superdetallada informaciĆ³n de una canciĆ³n que no puede reproducir porque estĆ” sordo como una tapia.
SerĆa interesante que alguien sordo de nacimiento interpretara, tarareando o lo que sea, cĆ³mo se imagina que suena una mĆŗsica emocional, por ejemplo. Nosotros, por exposiciĆ³n cultural, probablemente lo relacionamos con violines o quĆ© sĆ© yo, pero ĀæcĆ³mo serĆa para RamĆ³n, que viene sin condicionar auditivamente?
No conozco a nadie con discapacidad auditiva total al que pueda preguntarle, pero tengo la sospecha de que esas acotaciones son espectacularmente inĆŗtiles para alguien asĆ.
Ā”EN CAMBIO!
Se me ocurriĆ³ algo muy guay.
Hubo un compositor, Erik Satie, bastante bueno para ser francĆ©s (cĆ”llate, es broma), que hacĆa una cosa genial en sus partituras y es que, en vez de los tĆpicos allegro, fortissimo, vibratoā¦ escribĆa otras como eso que tienes en el tĆtulo:
Ā«Como un ruiseƱor con dolor de muelasĀ», Ā«desde la punta del pensamientoĀ», Ā«como un perro que huele una presaĀ», Ā«pensĆ”ndolo dos veces, Ā«con gran indiferenciaĀ», Ā«no coma demasiadoĀ»ā¦
No me digas que no es genial (ā¦para ser francĆ©s). Vale, ya paro.
ImagĆnate ese intĆ©rprete que en vez de sostenuto se encuentra en la partitura con Ā«Cante para sus adentrosĀ».
Aparte de las risas, tiene todo el sentido del mundo, porque es jodido transmitir con palabras el carĆ”cter de una pieza musical; asĆ, en vez de hacerlo todavĆa mĆ”s difĆcl utilizando elementos de un solo dominio de los sentidos o dĆ”ndote adjetivaciĆ³n mĆ”s o menos neutra tipo fuerte, delicado, te da varios: Ā«sobre terciopelo amarillentoĀ».
Es verdad que depende de tu sensibilidad entender quĆ© significa ese Ā«amarillentoĀ» o por quĆ© no sĆ³lo Ā«amarilloĀ», pero tienes ya tres dimensiones diferentes para interpretar la pieza donde antes tenĆas una, superneutral y Ā«seca como un huesoĀ», como dirĆa el propio Erik Satie.
Creo que los subtĆtulos SDH pecan de querer utilizar descripciĆ³n auditiva para describir audio. PiĆ©nsalo, ĀæcĆ³mo coƱo se te ocurre poner Ā«Suena un piano clĆ”sicoĀ»? TĆo, que le estĆ”s hablando a un sordo.
Es como si a ti te digo Ā«La camiseta es del color de las piedras de los montes del sur de un exoplaneta que no hemos fotografiado aĆŗn y que nunca lo vamos a hacer, jaja, saludosĀ».
Poner Ā«suena un piano clĆ”sicoĀ» es lo mismo que poner Ā«suena algoĀ», y bĆŗscate la vida. Es hasta mejor ponerles Ā«suena tiritititĆĀ».
Si, en cambio, pusieran algo tipo Ā«suena como gotas de lluvia rebotando contra una hoja de arce en primaveraĀ», pues al menos el seƱor o seƱora sordos de nacimiento tendrĆan algo con lo que trabajar, no iban a llegar a crear en sus cabezas el sonido preciso de ese piano clĆ”sico en concreto, pero al menos tienen una sensaciĆ³n de la atmĆ³sfera que se estĆ” creando.
De la otra forma, la que tenemos en todas las series hoy, es lo mismo que si estuvieran leyendo un cartel que pusiera:
[Es usted sordo, mƔmela]
Con ese subtitulado creativo intentas describirles algo que no conocen, ni podrĆ”n conocer, desde realidades que les son familiares, con la opciĆ³n tradicional les estĆ”s pidiendo algo que requiere de un esfuerzo de imaginaciĆ³n imposible, porque nunca han escuchado nada.
Eso, que las palabras sirven para cosas guays.
Ćsenlas, seƱores del audiovisual.
Ā”Besitos volados!
No habia caido en la tremenda sudada de escroto que se esconde en estos subtitulos hechos para, en el mejor de los casos, aumentar el estoicismo de los sordos.
Pues me ha sorprendido lo bien escogida que estĆ” la expresiĆ³n Ā«suena como gotas de lluvia rebotando contra una hoja de arce en primaveraĀ» para describir un solo de piano... Mis aplausos! šCreo que se te darĆa muy bien el trabajo de traductor de sonidos para sordos. š¤
(Va en serio, eh).