🍂Extraño fruto
Ha empezado la recogida de la aceituna en Palestina, y eso me ha hecho pensar en algo, un algo pequeñito, sólo tres minutos de algo.
El olivo, el aceite, ha sido algo que toda mi vida he relacionado con España, pero nunca he estado tan rodeado de olivos como aquí.
Si fuera de Jaén y estuviera acostumbrado a ver esos olivares que disfrazan de tigre las montañas, pues probablemente esto me daría risa, aunque, en cualquier caso, el olivo tiene algo muy diferente aquí, algo entre familiar e imprevisible.
Ahora mismo vivo en Birzeit y es bastante normal encontrarse un olivo incrustado en un murete, en la fachada de una casa o perdido en cualquier sitio raro.
Por ejemplo,
De camino al trabajo hay un chatarrero que tiene un caballo marrón. Le he llamado Jose The Horse, porque toda la creatividad la dejo por las mañanas en Miradero y ya no me queda más para el resto del día. Pues, entre las montañitas de chatarra y el establo de Jose The Horse (todo minuciosamente oxidado, por supuesto), hay…
Lo has adivinado: también un puto olivo.
Ya te dije que hay muchas cosas que no entiendo todavía de Palestina, pero, si el emblema de la universidad es un olivo y hasta hay vacaciones por la recogida de la aceituna, tiene pinta de que esto es importante aquí.
Así que miraba a una chica bajo uno de esos olivos de nadie, parientes de las setas, sentada con las piernas en escuadra, y, de un montoncito, separaba olivas de cosas que no fueran olivas.
Y pensé en aquella canción.
La canción en la que Billie Holiday le canta a un «extraño fruto» que cuelga de los árboles sureños. Árboles con sangre en las hojas y las raíces, porque esos frutos a los que se refiere son, realmente, esclavos; negros ahorcados a los que es un delito descolgar.
Hay veces que mi cabeza hace conexiones curiosas, y censurables, dependiendo de en qué lado del muro me encuentre.
Pero esta se la debo a un profesor que estuvo medio semestre hablando de esta canción y pidiéndonos que la adaptáramos a diferentes formatos.
Y, como Miradero a veces también es mi diario personal de recuerdos, te dejo por aquí la adaptación que hice a poesía:
Extraño fruto
Sur, llanéame los huesos tendidos
allá en tus negras parras.
Dime qué viento esparcirá tu rictus
en la solitaria semilla de estos frutos,
uvas tiznadas con suela y palma.
Ahora que mis manos no se alargan
y la mirada se me entierra, estéril:
Tú, árbol o capote de cuervos,
sumarás el agrio grana de tu savia
a esta lluvia, a este sol,
a este viento insolente,
para recordarme que yo también
soy sólo un extraño fruto que anda.
Cortito hoy, que el de ayer fue un talegazo y hay que coger resuello también.
¡Besitos volados!
P. D.: El título original de la canción es Strange fruit.
¡Qué bello Samuel! 🕊️
Qué lindo Samu!❣️