🌿Qué es escribir a mano (II): «El Purgatorio»
Escribí a mano «La flor del cielo y el abrazador afilado del mundo» y te cuento en 7 mins. cómo fue eso de diez horas dándole al lápiz y cómo puede servirte de herramienta creativa. (Segunda parte)
El otro día escribí a mano La flor del cielo y el abrazador afilado del mundo, el relato más largo de Miradero hasta el momento.
Ya te he contado cómo fue la parte infernal de eso, hoy nos toca el Purgatorio de la experiencia.
🏔️ Primer monte del Purgatorio: «Maestro Tormento»🏔️
De pronto, me di cuenta de que tenía que aprender a gestionar esa ansia por terminar o no iba a ninguna parte (exactamente igual que me di cuenta de que, cuanto menos apretaba el lápiz, menos daño me hacía).
Escribir a mano te obliga a serenarte, a bajar marcha y parar todo ese traqueteo mental de deseos y dolores si quieres escribir algo decente.
💡
Escribir a mano te puede venir bien si:
Eres alguien ansioso y quieres tratar de encauzar todo eso, casi como una meditación, a través del proceso de escritura.
🏔️ Segundo monte del Purgatorio: «Se me pudren los andamios»🏔️
Cuando escribo a ordenador, tengo mis propios «atajos» para ponerme notas de corrección o de «en desarrollo».
Por ejemplo, si estoy muy inspirado en un diálogo y sé exactamente qué quiere decir cada personaje, pero a mitad del diálogo pasa algo que tiene que ser descrito, escribo algo como «#cae un vaso» y sigo con el diálogo para no salir de flujo.
Luego vuelvo y describo con calma esa acción.
Eso, así tal cual, no lo podía o no lo quería hacer escribiendo a mano, así que tuve que ir diseñando nuevas muletas para el texto, compatibles con el formato.
Este desarrollar nuevas metodologías de apuntes prescindibles, ahí, en el momento, es tediosa (porque ya tienes una que te funciona y no puedes usar), pero, de algún modo, no lo vi taaan negativo.
Lo percibí como un reto creativo con al que adaptarme y jugar.
Además, el formato de escribir a mano es tremendamente libre. Puedes esbozar palabras, un garabato vale para saber a qué te refieres si estás inspirado y no quieres parar.
En Word esto es imposible: o te apuñalan los subrayados rojos o se te autocorrige a una palabra que no es la que quieres y tienes que detenerte (precisamente lo que no quieres) y poner la correcta.
💡
Escribir a mano te puede venir bien si:
Tu forma de crear apuntes temporales requiere de más libertad de la que ofrece Word. Por ejemplo, hacer un dibujo integrado en el texto.
🏔️ Tercer monte del Purgatorio: «Hogar, segundo hogar»🏔️
Para tener la experiencia completa del pack «escritor medieval-hípster», no digitalicé las páginas, sino que las mecanografíe yo mismo.
Y, como me estaba tomando bastante más tiempo de lo que pensaba, para avanzar el curro, se me ocurrió empezar a mecanografiar en esos descansitos a los que me obligaba mi mano y mi antebrazo.
La primera vez que volví al ordenador, aunque fuera sólo para transcribir, sentí literalmente placer interno al volver al teclado, como el reconocimiento de volver a casa.
No es broma, fue una pasada.
Me di cuenta también de que el texto a lápiz no tenía que quedar estéticamente perfecto, que no iba a sacarle una foto con Google Lens, así que eso me relajó y luego fluyó todo más.
Además, mecanografiar te da la posibilidad de crear una segunda versión del texto automática. En lo que transcribes, te das cuenta de que algo no funciona y lo cambias automáticamente.
Se suele decir que, cuando terminas una obra larga, la imprimas para corregirla viéndola desde otra perspectiva, no desde el ordenador, desde donde la has visto cientos de horas y ya te la sabes de memoria.
Escribir a mano te da la posibilidad de tener tres perspectivas distintas del mismo texto: manual, digital e impreso.
💡
Escribir a mano te puede venir bien si:
Es importante para ti ver tu texto desde diferentes ángulos y formatos para corregirlo.
🏔️ Cuarto monte del Purgatorio: «Lo bueno, si breve, dos veces bueno»🏔️
Aunque muchas veces atribuido a Quevedo —el poeta castellano viejo, no mi paisano reguetonero—, Baltasar Gracián dijo aquello de: «Lo bueno, si breve, dos veces bueno».
Y, en general, en la escritura creativa todo el mundo está de acuerdo con eso de que menos es más o, dicho a lo refranero español, que más valen dos bocados de vaca que siete de patata.
Sucede que el dolor de escribir a mano es un indicador directo del esfuerzo de lectura. Que escribir duela es una manera simbólica bestial de decirte que seas concreto, que leer también es un esfuerzo para el lector.
Que si puedes decir algo en una palabra, no utilices cuatro y ahorres energía a todos.
💡
Escribir a mano te puede venir bien si:
Tiendes a ser demasiado prolífico en palabras. Te ayuda a simplificar la película, a apuntar hacia la concreción y que quede sólo lo significativo.
🏔️ Quinto monte del Purgatorio: «¡Más madera!»🏔️
Los folios son finitos, no como las páginas de Word.
El problema no fue quedarme sin folios, el relato no era tan largo, pero sí había, entre folio y folio, un momento de desconexión del texto:
Apartar el folio, tomar otro, volver a la esquina superior izquierda, recordar la última palabra y seguir desde ahí.
Sin embargo, lejos de distanciarte del texto, hay un segundo de reflexión en lo que cambias de folio que es valioso, como que cuajan las ideas y puede aparecer algún destellito interesante en el que no habrías reparado sin ese salir a la superficie a tomar aire.
Además, le da algo de ceremonioso al proceso que está guay.
💡
Escribir a mano te puede venir bien si:
Te la pela el medioambiente.
Es broma, pero no se me ocurre cómo esos dos segundos de reflexión justificarían escribir a mano.
Hasta aquí el Purgatorio de mi escritura a mano.
Si te interesa y quieres ver el Paraíso junto a las conclusiones finales, acuérdate de reaccionar a este con cosas bonitas.
Así más gente llega a este post para no necesitar pasar por un infierno y un purgatorio para saber si les rentaría o no escribir a mano.
¡Besitos volados!
P. D.: Así, hablando de todo un poco, ayer salió el segundo movimiento de Antes de rendir el alma, esa partidita de rol que jugamos en Miradero basada en el universo de Caminos de vuelta, mi novela inédita (de momeeeento, que ya te contaré alguna novedad sobre esto).
Pásate para echarle una mano a Alma, que la pobre lo está pasando regular.