🍃Una cosa curiosa
Hoy te doy la posibilidad de meter un «pues ¿sabías que…?» bastante random en tus próximas conversaciones. Y poco más. Es uno de esos días en los que Miradero de verdad es una charla de café (7 mins)
Vengo a contarte una cosa bastaaante de curiosa.
Diría que la cosa lingüística más curiosa que he descubierto este año (que no se note la inflada de hype).
¡PERO!
Últimamente estoy leyendo mucho a Víctor Millán y, como todo se pega, se me han pegado sus antiposdatas.
🍄Antiposdata: El sábado terminó la maravillosísima, fantabulosa, genial (yo muy: ¡ay, qué guapo es mi niño!) y primera serie de ficción de Miradero: Tierra en las uñas. (aplausos, aplausos)
Diecisiete capítulos, me pasé en uno con la predicción.
Si estás a medio camino de leértela, tienes hasta el 9 de diciembre para terminarla, luego bloquearé los posts
¡PORQUE!
Empezaré con el proceso de edición de cara a lanzarlo al mundo como una unidad bonita a cambio del dinero de esos lectores despistados que aún no conocen Miradero y no pudieron tenerla gratis.
Si no has empezado a leerla y quieres hacerlo: tienes un mesaaaazo para leerla, que no es tan larga.
Si no has empezado a leerla, ni tienes intención de hacerlo: sigue así, lo estás haciendo genial 🐵
Ahora, la cosa curiosa
Por primera vez en mi carrera como profesor tengo una alumna con necesidades especiales. Siempre había llegado a clase, soltaba mis movidas e, idealmente, los alumnos se reían un rato y colateralmente aprendían español.
La cuestión es que, como ahora tengo clases de cincuenta alumnos (y muchos pasan de imprimirse lo que les doy, porque todos fuimos un poco así), estoy tirando mucho de proyección de materiales y tal.
Es más trabajo para mí, pero las clases funcionan mejor.
La cuestión es que un día llego y esta alumna en cuestión me comenta, de cara a un examen parcial, que tiene una deficiencia visual. Le digo que sin problema, que conozco a una alumna bilingüe que la puede asistir en el examen, que bla, bli, blu…
Y luego caigo: Tío, le he hecho la vida imposible a esta chica en clase.
O sea, no es algo así como mi culpa, porque no me lo había dicho hasta ahora, pero en ese momento dije: okay, tengo que adaptar las clases un toque.
Pero todavía no hemos llegado a la cosa curiosa, esto era sólo introducción.
Casi la cosa curiosa, pero todavía tampoco
Pues me pongo a pensar cómo hacer mis clases más friendly para alumnos con necesidades (visuales) especiales.
La chica ve, aunque muy limitadamente, así que pensé en imprimirle las proyecciones con zoom o fuente grande para poder seguir las clases, y eso debería ir valiendo para empezar.
¡PERO!
Me dije: ¿y cómo adaptaría la clase para alguien totalmente ciego?
Así que pasé un rato imaginándome diferentes deficiencias y cómo de putada sería mi clase para ellos, poniendo a prueba la adaptabilidad de lo que enseño, hasta que llegué a pensar cómo sería tener dos alumnos con necesidades especiales diferentes en clase; tipo alguien ciego y alguien sordo, y pensé:
(ya casi viene la cosa curiosa)
Hostia, ¿cómo sería ser ciego y sordo a la vez?
O sea, ya sin pensar en una clase, una persona ciega se puede comunicar por la voz y el oído, alguien sordo puede usar lengua de signos. Pero ¿con las dos discapacidades?
Así que me puse a buscar hasta que llegué a…
Protactile
(ahora es cuando me dices que eso lo conoce todo el mundo y recojo mis cosas, cabizbajo, y me voy)
Las lenguas se agrupan en familias por su evolución histórica. Por ejemplo, el español es una lengua románica, porque viene del latín, y esta a su vez es indoeuropea, porque viene del indoeuropeo.
Hay más pasos en medio, pero simplificamos porque estamos en confianza; aunque, si quieres reclamar, recuerda que hay un formulario de quejas filológicas aquí.
La cuestión es que el protactile tiene como antecedente lingüístico la lengua de signos americana, pero está pensada para sordociegos y, depende de cuán fuerte te lata en la sangre tu antecedente latino, ya te habrás dado cuenta de que…
El protactile es una lengua que se habla TOCANDOOO.
¿Esto me emociona sólo a mí?
En lugar de su antecedente lingüístico, que recibe la información por el canal visual (al ver los signos) o en vez de por el canal auditivo, como en nuestra lengua, se recibe la información por el tacto, el canal es el cuerpo.
Antes ya se había inventado algo parecido, el tactile signing, por el que una persona hace un signo y la otra lo toca hasta entender qué está diciendo. Pero esto sólo funciona en conversaciones de dos y muy de aquella manera.
El protactile se puede hablar en grupo, porque no se limita a identificar un signo, sino diferentes toques en el cuerpo.
Evidentemente estoy muy lejos de saber bien cómo funciona, estoy en la etapa de «mirá vos, esto existe», pero parece que hay una mano que escucha y una mano que habla: si están sentados, la que escucha queda en reposo sobre el muslo de la persona que tiene la palabra y la otra se entrelaza y guía la mano para hacer los toques.
En grupos, se van trenzando todos las manos.
La mano que escucha sirve también para reír o para hacer toques fáticos; o sea, lo típico de cuando alguien habla que los otros asienten, dicen ajá, sí… Todo lo que hacemos para darle a entender al interlocutor que el canal está abierto (en el teléfono) o que estamos atendiendo (en persona).
Y me imagino que esa mano servirá también para pedir el turno de palabra en una conversación de grupo.
Aparte de la pasada lingüística que significa, que les permite hasta dibujar mapas complejos, quiero subir dos escalones más de por qué creo que es la hostia:
El escalón filosófico
Por ejemplo, cuando un pueblo quiere independizarse, potencia y planifica el uso de su lengua diferenciadora y, cuando no quieren que se vuelvan muy flamencos, les prohíben hablarla.
Eso es porque las lenguas dan sentido de comunidad y pertenencia, y poder tener ese sentimiento, cuando no ves, no oyes y no hablas verbalmente, no es poca cosa.
Imagínate la dimensión de hogar que les puede estar dando esta lengua a sus ¿tactilantes?
El escalón de lo nuestro
Imagínate la literatura protactile.
¡MÁS!
Imagínate poesía protactile.
¡MOAR!
Imagínate un recital de poesía protactile 🤯
En fin, que muy interesante todo.
La gente que no tenemos movidas sensoriales creamos (como yo con mi clase), sin quererlo, realidades inaccesibles para algunas personas, está lindo ver que surgen cosas así.
Bueno, ¿ya te terminaste el café?
Pues vámonos.
¡Besitos volados!
Samuel, muchas gracias por tu post. Me ha gustado muchísimo. Me has enseñado algo nuevo. Hasta me imagine la obra de teatro Protactile. Creo que puede ser un ejercicio muy interesante para afianzar el cuerpo. Gracias por compartirnos la historia de tu estudiantes. Gracias por esforzarte por ella y por tus futuros alumnos. Ojalá te lleguen muchos más en el futuro.
Saludos
Q interesante Samuel!!!! Me encantó descubrir esto y sobre todo dejarlo ahí en la mente para tener más sensibilidad con personas con otras realidades