Madremiademivida. No sé si será que estoy más blandita que la primera rodaja de pan bimbo pero aquí me tienes, a moco tendido con el primer poema. Ese
"Para hacernos creer que son felices.
Para hacerles creer que somos felices", la imagen del niño y la cometa que no ve porque hay un muro... Buff. Terrible. Y real. Solo tú lo sabes de primera mano. Gracias por este bofetón de realidad tan necesario ante la anestesia de los estúpidos "problemas del primer mundo". Besetes y un abrazo apretado.
Descubrí a Yehuda Amijai buscando por curiosidad poetas israelíes, para no traer sólo palestinos, y la verdad es que es durísimo con la situación, a veces más que los palestinos.
Te leí como quien escucha a un amigo hablar de una ex que no termina de olvidar… pero que ahora le empieza a caer bien.
Esa Jerusalén que al principio no te tocaba, te ha ido entrando por las rendijas: no por la mística, sino por la ropa tendida, por las calles que se enroscan como pensamientos a deshoras. Y eso tiene mucho más mérito.
Lo de las banderas, qué decir… Aquí abrimos el balcón y colgar una ya es una declaración de guerra. Tú, en cambio, estás viendo que allí son abrigo, escudo, o un grito. Y eso, joder, es entender más que muchos que llevan años hablando de Jerusalén como si fuera un souvenir.
Sigue dejándote atravesar, incluso a medias. A veces, ver solo la mitad es tener la mejor parte.
Hola, Samuel. 😊 Aunque me gustan mucho los poemas "nativos" que nos compartes últimamente, yo te confieso que echo en falta tu mirada sobre la tierra que te acoge.
Y sé que sólo es una mirada más, pequeña, sesgada, limitada, como todas las miradas individuales; sé que no contiene la Verdad Última. (Creo que esto lo sabemos todos los/as que te leemos... digo yo...).
Pero a mí me gusta MUCHO tu forma de mirar el mundo. 😊 Ojalá quieras compartirla de nuevo pronto!
Pero necesito tiempo. Tiempo, y que antes lo que yo veía, me pertenecía, porque lo veía solo, ahora voy a sitios con otra gente y las historias ya no son sólo mías, muchas ya no las puedo contar. Es jodido de gestionar esa parte sin invadir la intimidad de la gente que me rodea.
Claro, lo entiendo. Bueno, pues tú tómate el tiempo que necesites, Samuel. Y si al final determinas que no se puede, porque no hay una manera de escribir sobre tus experiencias que no vulnere la intimidad de quienes te rodean, pues no se puede, y punto. Siguiente cosa. Anda que no hay cosas sobre las que puedes compartir… 😉
Madremiademivida. No sé si será que estoy más blandita que la primera rodaja de pan bimbo pero aquí me tienes, a moco tendido con el primer poema. Ese
"Para hacernos creer que son felices.
Para hacerles creer que somos felices", la imagen del niño y la cometa que no ve porque hay un muro... Buff. Terrible. Y real. Solo tú lo sabes de primera mano. Gracias por este bofetón de realidad tan necesario ante la anestesia de los estúpidos "problemas del primer mundo". Besetes y un abrazo apretado.
Descubrí a Yehuda Amijai buscando por curiosidad poetas israelíes, para no traer sólo palestinos, y la verdad es que es durísimo con la situación, a veces más que los palestinos.
Abrazos grandes de vueltaa ❤️
Samuel,
Te leí como quien escucha a un amigo hablar de una ex que no termina de olvidar… pero que ahora le empieza a caer bien.
Esa Jerusalén que al principio no te tocaba, te ha ido entrando por las rendijas: no por la mística, sino por la ropa tendida, por las calles que se enroscan como pensamientos a deshoras. Y eso tiene mucho más mérito.
Lo de las banderas, qué decir… Aquí abrimos el balcón y colgar una ya es una declaración de guerra. Tú, en cambio, estás viendo que allí son abrigo, escudo, o un grito. Y eso, joder, es entender más que muchos que llevan años hablando de Jerusalén como si fuera un souvenir.
Sigue dejándote atravesar, incluso a medias. A veces, ver solo la mitad es tener la mejor parte.
🙏🙏🙏
Me he sentido profundamente leído en sincronía con lo que quería escribir, muchas gracias por eso, Pedro, y por enriquecerlo con tu comentario ❤️
Hola, Samuel. 😊 Aunque me gustan mucho los poemas "nativos" que nos compartes últimamente, yo te confieso que echo en falta tu mirada sobre la tierra que te acoge.
Y sé que sólo es una mirada más, pequeña, sesgada, limitada, como todas las miradas individuales; sé que no contiene la Verdad Última. (Creo que esto lo sabemos todos los/as que te leemos... digo yo...).
Pero a mí me gusta MUCHO tu forma de mirar el mundo. 😊 Ojalá quieras compartirla de nuevo pronto!
Gracias, Claraa ❤️🙏
Pero necesito tiempo. Tiempo, y que antes lo que yo veía, me pertenecía, porque lo veía solo, ahora voy a sitios con otra gente y las historias ya no son sólo mías, muchas ya no las puedo contar. Es jodido de gestionar esa parte sin invadir la intimidad de la gente que me rodea.
Claro, lo entiendo. Bueno, pues tú tómate el tiempo que necesites, Samuel. Y si al final determinas que no se puede, porque no hay una manera de escribir sobre tus experiencias que no vulnere la intimidad de quienes te rodean, pues no se puede, y punto. Siguiente cosa. Anda que no hay cosas sobre las que puedes compartir… 😉
Se irá viendo, pero seguro que encuentro la forma 😊❤️
Estoy de acuerdo, Clara.
A CRISTO EN SU CUMPLEAÑOS
Este es el primer año de mi vida que no celebraré la Pascua. Tan increíblemente extraño.
“Para hacernos creer que son felices.
Para hacerles creer que somos felices.”
Los dos lados de la pared. La pared. La pared, la pared.
No vemos quiénes son.
Pero tampoco nos vemos a nosotros mismos.
La pared infinita 🙏