Segundo Acto, I
«Si te dicen que caí»
Hundes la barba en la bufanda, hasta la nariz.
Llega el frío a Madrid y, con él, la fauna del metro a la que le gusta sudar dentro del abrigo. Aunque no parece evidente para nadie, más que para ti.
—Sólo dos paradas más —susurras a la bufanda.
Aun encorvado sobre el cuello, sigues quedando por encima de la mayoría de cabezas, apretadas, temprano en la mañana, de camino a la universidad. Los más, a tu lado, tienen la misma postura, pero para asomarse a los móviles.
Echas, sin intención, un ojo al de la chica de tu lado:
Atraco a plena luz del día en Carabanchel
Las cámaras de seguridad de una farmacia graban a un ladrón oculto tras una gorra que robó la recaudación a punta de pistola.
—A qué viene ese escalofrío, Beni —murmuras.
Quizá demasiado alto, porque la chica levanta la vista, confundida, y al dar con tu mirada la vuelve a hundir. Cierra la aplicación de noticias y guarda el móvil. Algún día deberías empezar a quitarte eso de narrar tus pensamientos, pueden pasar cosas.
Cambias de canción.
Alguna gente, poca, se baja en Moncloa, el resto seguís con algo más de espacio vital hasta Ciudad Universitaria.
Se abren las puertas y empieza el sardineo general hacia fuera. En el andén, te pones el abrigo mientras sigues la marea y, tan pronto como puedes, esquivas el pelotón de gente, te apretujas para andar por la escalera mecánica, pasillos, otra escalera, otra, cada vez más espació, otra y por fin el frío contra la cara.
Respiras hondo.
Luego el camino de siempre, con los NIN rebotándote en la cabeza, detrás de la Facultad de Periodismo, la de Filología y llegas al edificio de Historia sin apenas darte cuenta. A la entrada, algunos alumnos se fuman el cigarro de antes de clase, saludas sin pararte, y, mucho antes de entrar al aula, te quitas las gafas de sol.
Ella te lo había dicho una vez después de clase.
Te hizo una seña para que te quedaras, un levantar de cejas y apenas un gesto de mano, pero que a ti te hizo desmoronarte por dentro. Cuando hubo salido la mayoría de alumnos, bajaste los escalones de las gradas hasta su mesa y Alma te sonrió bajo ese constelación de pecas que, por primera vez, veías tan de cerca:
—Si no te importa, me gustaría que para las próximas clases no llevaras gafas de sol.
—No quería… —dijiste.
Y te las quitaste en un impulso, como si te borraras un insulto de la cara, sin pensar en los ojos de tu padre que tenías debajo.
—¡Anda! Tienes heterocromía, qué curioso —Tardó aún un poco en cambiar la sonrisa a espanto—. Perdona, las gafas son por sensibilidad o…
—No, no. No tengo ningún problema, es sólo… —Bajaste la vista un segundo y volviste a ella, fingiendo sosiego—. No las volveré a tener dentro de clase.
Asintió:
—Muchas gracias —Y volvió la sonrisa—. Pues, fíjate, pensaba que eras alumno Erasmus, que pareces salido de… —Dio dos golpecitos al libro en la mesa: Germania de Tácito.
Reísteis juntos, y te habrías quedado en esa risa dos semestres si hubieras podido.
—Qué va, qué va. Soy de Carabanchel, pero me lo dicen mucho, sí.
Ahora, incluso a un par de semanas de las vacaciones de Navidad, antes de entrar a clase, sigues teniendo la misma esperanza en doblar la esquina y el marco de la puerta y verla de nuevo ahí abajo, de vuelta de su baja médica, en su mesa, poniendo en orden los libros mientras entran los alumnos.
Llegas al final del pasillo, giras la esquina, enfilas la puerta y… Nada.
Otro día vuelve a estar en el estrado la doctoranda, Claudia, que alterna la vista entre la pantalla tras de sí, el proyector y su portátil; el proyector, la pantalla, su portátil, hasta que, por fin, en la lona blanca aparece un PowerPoint:
Arqueología Hispanorromana
Probablemente tengas su misma edad, ella podrías ser tú, si no te hubieras dedicado a liarla como un cabrón los años después del instituto.
Te sientas al lado de Pablo, un tipo flaquillo, moreno, bastante más joven que tú. Buen tipo, probablemente tu mejor amigo de la uni. Lo saludas, guardas los auriculares y empieza otra clase, interesante a ratos, quizá más la segunda media hora, cuando…
—Si un dios local, digamos, Endovélico, que podía encontrar un dios sincrético en el culto imperial, en este caso, en la forma de Esculapio, es interesante notar, porque está ampliamente documentado, que, ese sincretismo, estaba vivo simultáneamente y de modo un tanto uniforme en los dos estratos étnicos. Lo podemos ver reflejado en la muestra, por ejemplo, CI-35-17, ¿veis? También en… En…
Y silencio.
Levantas la vista de los apuntes. Claudia está pálida, congelada, mirando su móvil sobre la mesa. Te yergues un poco, también otros alumnos, los que todavía prestaban atención.
—Disculpad, de verdad. Perdón —Se levanta y sólo toma consigo el móvil de la mesa.
Sube los escalones de la grada, con una prisa contenida, y sale por la puerta, justo a tu derecha. La ves acelerar el paso por el pasillo.
Te dan un manotazo en el codo:
—Es una señal divina, tú, del Endovélico —Pablo mete sus cosas en la mochila a toda prisa—. Mañana es fiesta, y ahora sólo tenemos la fumada de Prerrománica con el ex marido de tu novia…
—¡Eh! —Miras alrededor, pero nadie parece haber oído, todos están recogiendo para irse.
—Yo digo: pasamos de Prerrománica y nos vamos a tomar unos tercios en Filología.
—Me da que…
Vuelves a mirar la espalda de Claudia, alejándose… ¿Y si la noticia tiene que ver con Alma? Pablo te agarra de la barba para girarte la cara, pero lo apartas de un manotazo.
—¡Esto es una labor histórica también! Mañana es seis de diciembre, ¿sabías que, en 1978, en mazo pueblos de toda España, fueron a votar la Constitución vestidos de domingo, con música, bebida…?
—Porque eran las primeras votaciones de verdad después de la dictadura. Que sí, que yo también estaba en esa clase.
Pablo se encoge de hombros:
—Tercios por la democracia, Beni. No le puedes decir que no a la democracia.
Pablo sonríe, ya dando tu silencio por un sí, pero vuelves a mirar a Claudia, a mitad de pasillo, a punto de perderse hacia los despachos de profesores.
🧭 Rasgos de Benito🧭
Se llama Benito, un alumno enamorado de Alma.
Tiene aspecto vikingo a pesar de ser de Carabanchel.
Tiene un ojo verde y otro gris, siempre, aunque no las necesita, lleva gafas para ocultarlo
Tiene muy, muy buen olfato (literal y metafóricamente).
A veces le da por hablar solo.
Es pícaro como él solo, pero haría cualquier cosa, cualquiera, por servir a Alma.
Le cuesta mucho decir que no.
Intenta coleccionar las voces más bonitas que oye en cualquier situación. Si oye a alguien así, tratará de pedirle permiso para grabar su voz.
El padre de Beni lleva cerca de 20 años preso. Ha sido residente de varias prisiones en Madrid, y de alguna de fuera. Según parece, le queda poco tiempo de condena. Beni está tratando de aceptar esta idea.
Pocos saben que Benito tuvo una adolescencia compleja, era el lider de una banda de rufianes bastante peligrosos hasta que un problema serio le hizo cambiar, pero todavía recuerda dónde golpear para safar una rodilla o para hacer hablar. Este pasado le atormenta, pero no le avergüenza.
📜Diario: Clases, exámenes, trabajos… Nada interesante.
🎒Inventario de Beni: Nada fuera de lo normal.
🗣️Charla de entretiempo (pendiente): Nada de qué hablar.
Me he dado cuenta de que, en el Primer Acto, los rasgos de personaje nunca fueron explícitamente públicos, y creo que es una cagada, que deberías tener presente cómo es el personaje para poder tomar decisiones.
Así que ahí arriba tienes todo ✨
Además, he metido una mecánica nueva: Inclinación natural.
¿Ves ese «🧭» al lado de las opciones de la encuesta? Eso significa que uno de los rasgos de personaje de la naturaleza de Beni está representado en esa opción y que, se vote lo que se vote, esa opción sumará un +1 cuando la encuestra se cierre.
Pejemplo (← eso es una errata, pero me hizo gracia y vamos a mantenerlo así):
«Tercios por la democracia, joder!» termina la encuesta con 3+1 votos (con inclinación natural por: «Le cuesta mucho decir que no»).
«Ir a clase de Prerrománica» termina con 4 votos.
«Seguir a Claudia, quizá es Alma» termina con 4 votos.
Hay empate, pero como esta opción también tiene inclinación natural («Haría cualquier cosa por servir a Alma»), tiene un 4+1, así que esta sería la opción ganadora.
Me parece que esto está guay para darle fidelidad al personaje, aunque con tus votos siempre se pueda salir de su camino inicial, no siempre tienes por qué seguir la inclinación natural.
Además, con ese tipo de acciones divergentes se crear nuevos rasgos y tal.
¡CUESTIÓN!
Que tienes tres días, hasta el domingo 8 de diciembre para votar qué quieres hacer ✨
Recuerda que siempre puedes escribir, en comentarios, lo que te apetezca que Beni pregunte o diga a los personajes de su entorno (🗣️) y aparecerá en las siguientes conversaciones.
¡Besitos volados!
P. D.: Por cierto, la canción que escucha Beni es March of the Pigs de Nine Inch Nails.
Beni puto amo.
"¿Ves ese «🧭» al lado de las opciones de la encuesta? Eso significa que uno de los rasgos de personaje de la naturaleza de Beni está representado en esa opción y que, se vote lo que se vote, esa opción sumará un +1 cuando la encuesta se cierre."
Es decir, que hay que estar al ojo con las matemáticas y los empates. Tomo nota, esto de votar ya es una ruleta rusa con 5 de 6 balas cargadas 😁.
No había caído en que Benito estudiaba mi carrera. Me vi en mis tiempos de estudiante durante la clase. Y también en el transporte, al inicio. Yo miraba para abajo y me preguntaba cómo los demás se las arreglaban para medir 1.65 metros y encontrar donde agarrarse en una guagua repleta de La Habana. (No tengo nada en contra de las personas bajitas)
Además, la actitud del personaje me pareció 10/10.
Resumen, coincido con David: "Beni puto amo", para el futuro me gustaría que se encontrara al lagartijo que "no-mató" a Alma.