🌾2.XXIV: Antes de rendir el alma

Segundo Acto, Movimiento XXIV: «Armonía distante»

Anteriormente en Antes de rendir el alma…
(Resumen de la historia para nuevos lectores; desactualizado, porque Samu es un flojo)

Tienes el anterior movimiento de Luna aquí:

🌾2.XXIII: Antes de rendir el alma

Si no sabes de qué va esto, tienes un resumen en el link de arriba. También puedes buscar en el índice de la partida y leer desde donde te quedaste.

Hay nuevo movimiento todos los lunes y jueves. ¡Acuérdate de suscribirte para que no se te pase ningún turno!

Segundo Acto, XXIV
«Armonía distante»

—Yo ya fui a casa de mi hermano, pero no había nada. Ni siquiera las cosas revueltas de las que me has hablado; todo estaba en orden, como siempre lo tenía todo Cándido, en verdad…

Alma tamborilea con las uñas en la mesa, parece que le has quebrado la mejor baza que tenía. Pero te das cuenta de que no es cierto: sí encontraste algo en casa de tu hermano, ese estúpido anillo deforme que casi te quema el pecho.

Ahí lo tienes todavía, en la riñonera.

—Espera un momento…

La abres y, como un marcapáginas del paquete de tabaco de liar, ves las gafas de Beni. Recuerdas que las guardaste después del desmayo y ya nunca se las devolviste. A su lado, como el último glaciar del mundo, la esquirla parece dormida, apagada, pero no se ha descompuesto como aquellas que quedaron en la calle. Rebuscas entre los mecheros, los filtros, los papelillos… Por fin das con el anillo, y se lo muestras a Alma, como un novio torpe:

💥

Le enseñas el anillo
(crítico, 100% de votos)

—Esto es lo único que vi fuera de lugar en su piso —El tamborileo de Alma para—. Pensaba que era un anillo normal, pero, visto lo visto, no creo que vaya a haber nada normal en esta historia.

No sabes si está a punto de sonreír o de gritar, pero tiene los labios apretados, como si contuviera así lo que fuera que la cara le quisiera arrastrar a hacer. Pestañea y cierra luego los ojos. Al abrirlos, los iris son violetas, chispeantes, y el gesto de contención se serena:

—Pensaba que ya no habría nada, a este lado de la vida, que consiguiera despertarme —dice.

Su voz suena más armoniosa o como si tuviera un coro de acompañamiento que la reflotara. Recuerdas lo que te dijo en el coche: «Fue entonces cuando Lila, el espíritu del bosque, se alojó en mi cuerpo». En aquel momento, ni la creíste ni no, te diste permiso para que el comentario te rebotara, como una descripción más de lo imposible, ni siquiera pensaste en que esa Lila pudiera seguir dentro de ella.

—Tú eres Lila —dices, sin pregunta.

El destello violáceo se mueve del anillo a tus ojos y, al caer en los suyos, todo a tu alrededor se oscurece, se te apaga la vista periférica para que esos dos iris se vuelvan luz y centro de todo:

—Ese nombre me fue dado, y yo lo quise aceptar: sí, soy Lila, y eso que tienes sin cuidado en la mano es ger’hal, el fruto de nuestras raíces: «fruto de las sombras», en la lengua de los que lo forjaron como anillo.

Extiende una mano en cuenco hacia ti, pero todavía te queda algo de duda. Es raro, incómodo, ver a Alma y saber que estás hablando con otra persona en su lugar. Ella sigue:

—Es el anillo de un druida Eshayia, muestra y señalamiento de la hermandad natural con el Bosque —ríe y paladea su nombre—, con Lila. Tú no deberías tenerlo —Se encoge de hombros—. No eres druida, ni Eshayia.

Mueve la mano ante ti, como reclamo de lo que no te pertenece. Cedes, y tan pronto se lo dejas en la palma, dice mirándolo:

—Faer el Inquieto… ¿Por qué te deshiciste del contenedor de tu poder? ¿Acaso te despojaron de…?

Con un giro rápido de muñeca, lo deja caer, y el golpe se amortigua en el suelo enmoquetado. Piensas que le ha quemado, como a ti aquella vez, pero el anillo conserva su color natural, no está incandescente.

—Hay algo más que ger’hal en ese anillo, y muy poco de Faer el Inquieto, apenas un rastro en huida.

Ambas miráis el anillo, como gigantes pensativas que se hubieran encontrado con la boca diminuta de un pozo en la moqueta.

—Póntelo —dice.

—¿Qué?

—Póntelo, quizá puedas entrar en comunión con lo que sea que hay en el anillo.

—Espera, espera. ¿No será peligroso? Beni se desmayó después de ponérselo.

—Es ger’hal, es parte de nosotros, seguro que podemos intervenir si te sucediere algo. Póntelo.

---

📜Diario: Encontrar a Cándido, desaparecido hace tres meses.

🎒Inventario de Luna: Anillo de Cándido | Esquirla de cristal | Gafas de Beni.

🗣️Charla de entretiempo (pendiente): Nada de qué charlar.

---

Póntelo, pónselo.

Tienes hasta el domingo 2 de marzo (hostia, tú, marzo ya, 6:02 AM, GMT) para decidir quién tiene que asumir la encomiable tarea deeee ponerse un anillo raro ✨

Cuidadín, cuidadón que, si se nos muere Luna, nos quedamos sin personaje de este Acto 🙊

¡Besitos volados!

¿Algo que no entiendes? Pásate por el Libro de reglas

¿Necesitas revisar los rasgos del personaje?

🌈👆 Escucha, escucha👆🪅

Este movimiento continúa el:

Lunes 3 de marzo