Anteriormente en Antes de rendir el alma…
(Resumen de la historia para nuevos lectores; desactualizado, porque soy un ser horrible)
Tienes el anterior movimiento de Luna aquí:
Si no sabes de qué va esto, tienes un resumen en el link de arriba. También puedes buscar en el índice de la partida y leer desde donde te quedaste.
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Segundo Acto, XXIII
«Vuelo rasante»
—Sé que es muy apresurado —dice—. Yo he tenido semanas, meses, para digerir esto y para pensar en mi siguiente movimiento; para pensar en qué papel quiero tener en esta historia. Pero necesito saber qué quieres hacer tú, necesito comprobar si nuestro camino tiene que seguir junto o es mejor que nos separemos.
💥
Buscar la forma de encontrar a Cándido
(crítico, 100% de votos)
La miras, distante, casi sin entender la pregunta por la obviedad:
—Quiero encontrar a mi hermano. Y, si ahora resulta que es un monstruo, me lo traeré de vuelta con correa, pero hace falta más que eso para que lo abandone a lo que sea que le haya pasado, o le hayan hecho.
—Esa es la respuesta que quería escuchar —sonríe—. Vamos.
Al verla bajar del coche, con una ligera dificultad, recuerdas su pierna prostética; verla conducir había hecho que te olvidaras totalmente de ella, pero ahí está. Se deja notar en ese giro algo entorpecido hacia la puerta y, de pie, vuelve a disimularse.
Siguiéndola, ya casi ante el ascensor, dice:
—La verdad es que me vienes bien justo en este momento. Creo que estoy demasiado cerca de todo y no sé qué debería hacer —Llega el ascensor y subís, casi hombro con hombro—. Al final, si me… Creo que si me pillaran husmeando, la cosa se complicaría más, y eso me bloquea, me da la sensación de que tuviera una sola oportunidad. Pero bueno, ahora te cuento bien. ¿Estudias en la Complutense también? —dice, y una leve pena le malea los labios, los ojos…
—No, dejé los estudios el año pasado por… Cosas en casa, quizá pueda retomarlos el próximo curso.
Alma asiente, pero, para tu sorpresa —y alivio— no pregunta qué fueron esas cosas, queda varada un segundo en tu silencio, luego en la puerta del ascensor, ahora en el salto de números de los pisos...
—Tú estás de baja, ¿no? —dices.
—Sí, puede que para este semestre ya vuelva. Aunque, claro, quién puede pensar en volver a trabajar sabiendo que… —Sales del ascensor y te sigue—. Yo soy historiadora, si esto ha sido así siempre, si a lo largo de los siglos siempre han existido estos saltos entre mundos o lo que sean, ¿cuánto de lo que sabemos es verdad? ¿Cuánto de lo que yo enseño no es sino una versión pobre de la realidad? ¿Sabes?
Llegáis a la habitación 303, pasa la tarjeta y la puerta libera el pestillo. Una habitación de hotel, como tantas otras. Tiene una pequeñísima cocina a la entrada con algunos platos escurriendo, aceite, sal, café en sobre...
—Perdón por el desorden, no esperaba que viniera nadie.
Sólo cuando lo dice, ves al fondo la toalla blanca puesta a secar en el respaldo de una silla, por lo demás, la habitación está mucho más decente de lo que la tendrías tú. Alma se acerca al armario de la televisión y guarda lo que queda de una botella de ginebra en uno de los gabinetes del mueble. Y entiendes por ese gesto, y más aún por que te evite la mirada después de hacerlo, que esa botella es más que una botella, es una vergüenza.
Se sienta a la mesita, en la silla opuesta a la de la toalla y enciende el portátil. Un poco, quizá si esperabas esas escenas de película en donde la investigadora obsesionada tiene la pared llena de fotos y puntos unidos en un mapa, pero la habitación no podría ser más anodina. Así, te quedas mirando el cuadro feo que hay sobre la cama hasta que Alma gira el portátil para que lo veas.
—Mira.
Y ahí están los puntos conectados.
—He hecho un mapa con todos los lugares a los que me llevaron y, después, los sitios donde los he vuelto a ver, o me ha parecido verlos; ese mismo tipo de persona, como mercenarios entrenados… Pero creo que debería empezar yendo a casa de tu hermano, ver si quedó algo allí, si ese portal sigue abierto… —Baja la mirada a la pantalla—. En todo este tiempo no me he querido acercar.
Por fin algo en lo que sí puedes colaborar:
—Yo ya fui a casa de mi hermano, pero no había nada. Ni siquiera las cosas revueltas de las que me has hablado; todo estaba en orden, como siempre lo tenía todo Cándido, en verdad…
Alma tamborilea con las uñas en la mesa, parece que le has quebrado la mejor baza que tenía. Pero te das cuenta de que no es cierto: sí encontraste algo en casa de tu hermano, ese estúpido anillo deforme que casi te quema el pecho. Ahí lo tienes todavía, en la riñonera.
📜Diario: Encontrar a Cándido, desaparecido hace tres meses.
🎒Inventario de Luna: Anillo de Cándido | Esquirla de cristal.
🗣️Charla de entretiempo (pendiente): Nada de qué charlar.
Poquito porque es bendito.
Tienes hasta el jueves 27 de feberero (4:30 AM, GMT) para votar qué hacer con el anillo misterioso. En el anterior movimiento sólo votaron cuatro lectores, si la encuesta de hoy no alcanza, aunque sea, los seis votos, pasamos a capítulos semanales, en vez de dos por semana.
Porque entiendo que, si la gente no vota, es que no ha tenido tiempo de ponerse al día, y eso nu pue sé.
¡RECUERDA!
Puedes preguntarle o decirle lo que quieras siempre a los personajes de tu entorno: tú lo comentas abajo y aparece en los próximos movimientos 🗣️
(se llama «charla de entretiempo» y es una mecánica muy guay que nadie utiliza)
Eso, ¡besitos volados!
Me ha gustado cómo has hecho que el resultado crítico de la votación anterior se manifestase en las respuestas tanto de Luna como de Alma. Es un detalle chulo. 😊