Esta historia continúa:
Este es el capítulo once de la serie; si te has quedado atrás, puedes buscar en el índice el capítulo que te falte.
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Capítulo XI
Red Thunderbird
Los faros rojos, más intensos que las turbinas de un caza, se apagan, pero la música sigue, como si se deslizara por las crestas en la carrocería, afiladas desde las ventanillas hasta esos faros, aún calientes, ojos de torpedos dormidos.
Incluso en el crepúsculo, el rojo brillante del Ford Thunderbird destaca entre el resto de coches aparcados, como si pertenecieran a especies muy diferentes que compartieran algunos rasgos, las cuatro ruedas, las puertas, los espejos, por pura herencia evolutiva.
El ojo izquierdo de Emily aparece en el retrovisor circular, también los labios sin pintura, entreabiertos. El ojo pestañea a la noche. Sobre la voz de Dan Ingram, que locuta ahora ágil en la radio, se escucha el sorber vacío de una pajita, y una tos.
—Esto es repugnante, ¡Jesús! —dice un niño.
El mismo niño que compró el Ford Thunderbird rojo brillante a principio de año, a tocateja, tras cobrar el caso del hombre de los siete corazones. Sólo el flequillo claro, la frente y apenas los ojos traviesos de Ed asoman sobre el salpicadero. Se remueve sobre el cojín, que usa de alza para poder ver algo, le tamborilean los tobillos en el borde del asiento y consigue sacar del bolsillo un paquete de cigarrillos y el encendedor.
Con un golpe seco, entrenado, hace saltar afuera la mitad de dos cigarros y pinza uno con los labios.
—Abre la ventanilla —dice Emily al escuchar la piedra del mechero, todavía mirando por el retrovisor.
—Aunque tú conduzcas, este es mi coche, muchachita —dice el pitido de voz.
Pero, tras la primera calada, se estira mucho para llegar a la manilla del cristal y hace un esfuerzo penoso por dar círculos para bajarlo. Le tiene demasiado aprecio a esos sillones de cuero de Iowa, siempre brillantes, como recién betunados por un zapatero, no tiene intención de que huelan como los sofás de un casino de carretera.
—Y bébete el otro batido.
—¡Eh! ¡Deja de hacer eso! Deja de hablarme como si fueras la adulta aquí.
Emily lo mira de reojo y vuelve al retrovisor, las manos todavía puestas o perdidas sobre ese volante inmenso, como la manivela de una hormigonera. El humo sale aspirado por la noche. La música se consume y vuelve la energía de Dan Ingram a llenar la frecuencia 77 AM de la WABC:
—¡Eso es! ¡Han escuchado bien! Es Elvis y toda su grandeza en Follow that dream. Una película emocionante, desenfrenada y divertida para todos. ¡Verán a Elvis enfrentarse al sheriff, al gobernador, al mundo del hampa, a la infernal Hacienda y a media docena de bellísimas ¡bellísimas! muchachas en su lucha por hacer realidad un sueño inolvidable, para él y para ustedes!
Entra entonces la batería de Follow that dream, el saxo, el coro y, por fin, Elvis. Los tacones de Ed empiezan a seguir el ritmo, le pendulea la cabeza y sopla el humo como si tocara él un Re más de la canción.
Emily resopla.
—¿Qué es eso? —La mira en un azote—. ¿No te gusta Elvis?
—No.
—¿Cómo qué no? ¿Qué escuchas? Dime algo que te guste.
—No sé… ¿Pete Seeger? ¿We shall overcome?
—¡Aburrido! Una chica de tu edad no debería escuchar esos villancicos progres. ¿Me vas a decir que no escuchas nada más animado?
—¿Sabes quién es Bob Dylan?
—Dios mío, ¿sabes tú que no hace falta que escuches siempre música de vacas y rancheros? —Da dos golpes débiles en el cuero—. Te gusta la misma música que les gustaba a estos sillones, chica
—¡Vamos! Follow that dream nos trae a Elvis escalando directo al Top 10 con estos sensacionales éxitos: What a wonderful life, I’m not the marrying kind, Sound advice, Angel y, por supuesto, ¡Follow that dream! Un éxito en la radio; en el cine, una explosión de risas, amor, canciones, y ¡todo en color con realce mágico! ¡No se pierdan a Elvis Presley en Follow that dream!
—Ya, no creo que veamos a tu Bob por ese Top pronto.
—Al menos él tiene un mensaje, Elvis ¿qué es? Una carcasa hueca, lustrada y que apestará a cera para el tupé.
—Bah.
—¡Sí! Así es, Follow that dream desde mañana en los cines Premier Showcase. Revisen los periódicos para encontrar la sala más cercana. Pero ¿y esta música? ¿Es música de película? No, no... ¡Esto es el Gran Brebaje! ¡El Gran Brebaje! —y, en un empalme demencial, el anuncio se solapa a este otro de un festival de cerveza, y luego con otro, y otro.
—¿Sabes que Elvis también tiene un Ford Thunderbird?
Emily lo mira:
—¿Te lo has comprado por eso?
—No —Aparta la mirada.
Ed echa mano a la guantera, a por el segundo batido, por ocuparse en algo, pero dos golpes en el brazo lo tambalean. Levanta la vista. A ras del salpicadero ve a Jacques D. Rossa salir de la carpa del circo y dirigirse a uno de los coches del aparcamiento.
Emily hace rugir el motor.
—No enciendas los faros.
—Vamos en un Ford Thunderbird rojo, Ed.
—Soy un cobrador de indemnizaciones mágicas, ¡perdona si…! —Emily le chista—. Perdona si en mi previsión de compra no contemplaba las persecuciones nocturnas.
—Porque tu previsión era ser un Elvis en miniatura —Le toca la nariz como un botón. Ed intenta atraparla, pero sus bracitos en aspa se mueven demasiado despacio—. Además, a la única que he visto trabajar es a Susy, vosotros dos…
—Porque nosotros hacemos el trabajo de campo, muchachita.
—Ya, ya.
El culo del coche de Jacques empieza a caracolear hacia atrás en el aparcamiento de tierra y, cuando avanza hacia la salida, Emily mete marcha y le sale detrás, los faros apagados, en silencio, como la sombra roja del Diablo.
Radio Afectados Crónicos
Elvis Presley - Follow That Dream
🌈👆 Escucha, escucha👆🪅
Tengo un ex que tiene el doble de mi edad.
Creció entre los años 50 y 60 y su hermano era 9 años mayor... aprendió sobre coches de su hermano.
Cuando salíamos, él no estaba obsesionado, pero estaba muy bien informado y cuando pasamos un coche o vimos uno en la televisión que le importaba, había compartido su conocimiento conmigo. (No recuerdo muchos detalles de los coches). Ya fuera en la televisión, o en la ciudad...
Lo que sí recuerdo es que cuando veíamos películas, podía decirme qué modelo y año era el coche que estábamos viendo, y decía cosas como... "esta película tiene lugar en 1961, pero ese modelo en el que están no salió hasta de 3 años después ..."
Supongo que esto es algo para los chicos en general, hablando de coches, pero me quedé atascado en eso...
También recuerdo que me dijo que cuando tenía poco más de veinte años estaba en un anuncio impreso de un Ford Pinto que terminó siendo un modelo que se incendiaba con frecuencia.¡Malas noticias para él que lo anuncie!
Intenté buscar en Google para ver si podía localizar el anuncio, pero no. Nunca encontré una imagen para él. Y no tenía ninguna copia.
Elvis...
Hay un tipo en nuestro vecindario que se ha estado haciéndose pasar por Elvis durante décadas. Actúa en los programas de variedades que mi mentor de poetas pone. Leo poesía o canto canciones (en español, pero por desgracia ningún hispanohablantes viene a este programa de variedades... es un bar francés, no es que importe... pero el dueño francés me dice... no, no sé español... )
De todos modos, "Elvis" tiene una especie de altavoz antiguo en el que conecta cintas de casete que reproducen las canciones de Elvis y canta (vestido como Elvis de los años 70, por supuesto).
El imitador de Elvis en el vecindario es un personaje... ¿pero yo también lo soy? La chica que lee poesía en español, luego en inglés, para que el público le pregunte después... "sonaba bonito, pero ¿qué significa?" Ummmm... "¿No escuchaste la traducción?" ... No ..... aparentemente no... ¡solo estaban esperando a que "Elvis" cantara!